CAPÍTULO 38

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— ¿Puedes pasarme un chocolate de mi bolsa? — susurré con un puchero en el labio inferior mientras ignoraba el dolor que me provocaba darle pecho al pequeño Nathy.

Digamos que el tema de la lactancia aún no era mi fuerte, ya era una experta en pañales pero esto era mi punto de quiebre.

— Debes de dejar de comer tanto chocolate o  Nathy no dormirá, amor. — respondió Ezra mientras se levantaba de mi lado en el sofá para caminar en dirección a mi bolsa — Tu abuela a tardado un poco, ¿no crees? —

— Tu mamá dijo que eso era un mito. — dije sacando la lengua con diversión mientras cerraba los ojos esperando a que el dolor cesara o que Nathaniel se cansara de torturarme — Y sobre Margot no lo sé , seguramente anda por ahí. —

— Jade, no deberías de ser tan mala con ella, esta intentando arreglar las cosas pensé que se llevaban bien ahora. — respondió mientras recogía un par de cosas que habían caído al mover la bolsa — Deberías de intentarlo un poco más. —

— Ezra no quiero hablar del tema. — dije enseguida, sabía que él no comprendía todos los conflictos y el miedo que me daba tenerla cerca; sentía que necesitaba protegerme de ella aunque en realidad no me había dado motivos... Hasta ahora — Es raro que venga de la nada a querer arreglar todo cuando durante años no me hizo caso. —

— Los bebés cambian la vida de todos Jade. — respondió Ezra — ¿Por qué no me dijiste que habías ido al hospital? —

— ¿Qué? — pregunté abriendo los ojos para mirarlo con un sobre en sus manos, leyendo el contenido — ¿Qué dice? —

— Ah, nada. — mintió mientras lo cerraba rápidamente, pensé que era un juego pero algo en la forma en que se borro su sonrisa me alertó — ¿Dónde están los chocolates? —

— Ezra, ¿qué hay en el sobre? — pregunté con el ceño fruncido mientras lo miraba con seriedad.

— Ya te dije que nada. — respondió mientras continuaba rebuscando entre mis cosas nervioso.

— ¡Auch! — un sonoro quejido brotó de mis labios atrayendo al moreno de ojos verdes a mi lado con la velocidad de la luz.

— ¿Estás bien amor? — preguntó mientras se sentaba a mi lado preocupado — ¿Te duele? —

— Sí, — asentí — ¿puedes tomarlo un momento? Necesito un descanso o acabaré llorando. —

— Ven aquí bebé. — respondió mientras tomaba a Nathaniel entre sus manos y comenzaba a dar suaves palmaditas en su espalda para hacerlo eructar.

Metí mis senos adoloridos de vuelta a la camiseta de Ezra, la cual le había robado días atrás cuando sentía que cualquier cosa me lastimaba, antes de pararme en dirección a las bolsas.

— Jade, ¿qué haces? — preguntó poniéndose de pie mientras me seguí — Deja ahí, ya te dije que no se trata de nada. —

— Mentiroso. — canturreé mientras lo empujaba con mi trasero, digamos que entre los dos él había desarrollado mejor las habilidades para hacer dos cosas a la vez con el niño en brazos.

— Jade, por favor. — dijo con seriedad, algo que solo hacía cuando íbamos a discutir lo cual me preocupo más.

Era algo muy serio.

Tomé el sobre entre mis manos ignorando su voz mientras que escuchaba a Nathaniel comenzar a quejarse en sus brazos.

Saqué el documento y comencé a leerlo rápidamente.

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