CAPÍTULO 9

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— ¡Eres muy graciosa! — exclamó Ezra antes de inundar mis oídos con su hermosa risa tirando la cabeza hacia atrás, riendo como un niño pequeño.

No pude evitar pensar en lo raro que era el hecho de que creyera que era graciosa, yo solía ser más bien el tipo de persona que se reía de los chistes de los demás y soltaba un par de comentarios audaces. Pero jamás era la que divertía.

El edificio en donde mi estudio se encontraba se levantó frente a nosotros con sus viejas paredes de ladrillo y puertas de un rojo chillón.

— Gracias por acompañarme — dije con una sonrisa — de nuevo... —

La noche de hace unos viernes atrás después de comer macarrones con queso y chipotle Ezra me acompañó a mi edificio aunque a la mitad nos desviamos para ver un película de terror que pasaban en el cine al aire libre en un parque.

"— La película de viernes trece en un viernes trece... sería un pecado no verla —" había dicho el ojiverde, así que acepte.

— Fue una excelente cita — respondió con una sonrisa nerviosa mientras se cruzaba de brazos.

— Sí — asentí.

— ¿Saldremos de nuevo? — preguntó arqueando una ceja — Porque a mi me encantaría verte de nuevo... solos —

— Yo... — balbuceé.

Sí, me la había pasado genial pero había una pequeña cosa que no había mencionado durante los cinco viernes en los que había estado con Ezra y era el pequeño hecho de que estaba embarazada.

Supongo que me gustaba la forma en la que podía ser yo misma con él sin tener que esperar cumplir con expectativas o tener miedo a fingir. Me tenía soñando con su caballerosidad, siempre llegaba temprano, cargaba mi bolsa, sus ojos se posaban sobre mi en todo momento ignorando a las hermosas chicas que intentaban llamar su atención, sacaba mi silla y me ayudaba a recorrerla; eran pequeñas cosas que tal vez para alguien más no fuera nada pero para mi eran la más lindo del universo porque jamás había tenido alguien que se molestara por hacerlo.

— Sí — asentí.

Le diría la verdad el próximo viernes solo necesitaba un poco más de esto.

— Tengo una pregunta — carraspeó mientras se inclinaba para quedar cerca de mi rostro.

Mi pulso se aceleró como loco en el momento en que nuestras respiraciones comenzaron a mezclarse y las puntas de nuestras narices casi se tocaban.

— Dime... — dije nerviosa en voz baja.

— ¿Eres el tipo de chica que besa en la quinta cita? — preguntó con diversión mientras sus hermosos halos verdes bajaban desde mis ojos a mis labios.

¡Mierda!

Remojó sus labios con su lengua en un movimiento lento y sus dedos acariciaron mi rostro con lentitud; su tacto no era suave si no un poco rasposo por el trabajo rudo que había tenido que efectuar con sus manos al ser bombero pero era grato tenerlo sobre mi piel.

Estaba a punto de decirle que no — sabía que no era justo para él que lo enredara en esta fantasía en donde algo entre los dos podía avanzar — cuando mi celular vibro en mi mano.

Por instinto baje la mirada y sentí como mi mundo se paraba al ver el nombre brillando en mi pantalla: Asher.

— ¿Todo bien? — preguntó Ezra preocupado.

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