CAPÍTULO 16

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Asher Faith

Camina, respira, camina, respira, camina, respira... ¡Chingada madre!

Sentía el temblor en mis manos a cada paso que daba en dirección a la capilla, enterrando mis uñas en la palma de mi mano asegurándome de que esto no se trataba de una de mis fantasías a media noche donde ella regresaba.

Apenas el abuelo me dijo  que mi Jade había regresado a la ciudad para el funeral de la vieja loca que tenía como abuela no quería sonar mal, la viejita me agradó en sus último días... sobre todo cuando no estaba en la ciudad para mirarme mal comencé a dar vueltas por mi habitación sacando mis mejores trajes intentando imaginarme su reacción con cada uno y preguntándole a la abuela con cuál me veía mejor.

Pero claro Isabel Faith no podría ser una señora normal que le decía a sus nietos que se veían guapos, comenzó a hacerme todo tipo de comentarios acerca de lo gracioso que me veía temblando por los nervios mientras me recordaba que si no hubiera sido tan imbécil con ella jamás la habría perdido.

¿Por qué todo el mundo cree necesario recordármelo? No es como si no hubiera pasado los últimos cinco años de mi vida pensándolo.

La capilla se levantaba frente a mí mostrándome sus viejas paredes elegantes y su puerta de madera que la hacía sobresalir entre la arquitectura moderna de los alrededores.

Inhale aire una última vez antes de agarrarme los huevos de manera metafórica, claro y echarme a andar en el interior, rezando porque ningún hombre estuviera a su lado sosteniendo su mano y abrazándola cuando se eche a llorar. Sabía que eso no lo soportaría de ninguna manera, tal vez ahora estaba un poco más fuerte que hace unos años atrás pero eso no significaba que ya no me doliera.

Siempre supe que yo no era la mejor opción para ella, por más que lo intentara jamás fui digno de su amor  y muchas veces trate de lastimarla para que se alejara de mí porque me conozco; soy tan egoísta que nunca me alejaría por voluntad.

Pero Jade siempre volvía y me pedía perdón por cosas que ni siquiera eran su culpa hasta que todo fue bien y me dejó solo.

Tal vez se había dado cuenta que después de toda la emoción del secreto, el sexo sin compromiso y los fugaces momentos románticos no había nada de interesante en mí.

Sentía como el aire abandonaba mis pulmones a cada paso que daba en el interior mientras una corriente eléctrica escalaba por mi columna vertebral. Solo había dos cosas que podían significar eso: que estaba teniendo un orgasmo o que Jade estaba cerca.

Ojalá pudieran ser ambas.

Mis ojos se encontraron con los de mi abuelo quien enseguida sonrió antes de señalar en dirección a las primera filas.

Mi mirada bailó ansiosa hasta que la vi, era ella lo sabía porque aún de espaldas no había nadie más que destilara esa luz propia como ella lo hacía; era única.

Apenas di un paso en su dirección le dijo algo a la chica a su lado y salió corriendo bajo la mirada de todos.

Ni siquiera lo pensé antes de seguirla por la puerta a mis espaldas y corrí hasta la esquina para encontrarme con ella pero entonces me quedé paralizado cuando la vi sentarse en una banca.

Mi corazón dejó de latir y  ni siquiera me importó el asqueroso humo que brotaba de su boca.

Estaba ahí frente a mi y no podía ser una escena más perfecta.

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