CAPÍTULO 14

5K 547 307
                                    

"Sé que estarán preguntándose a dónde fui y por qué lo hice, en realidad creo que sería muy hipócrita de su parte preocuparse así que lo mejor será que hagamos las cosas sencillas. Será como siempre, solo por el hecho que se ahorrarán los gastos.

Nana, perdón por dejarte así siempre fuiste una madre para mi y ojala pudiera quedarme más tiempo a tu lado seguro tú sabrías qué hacer. Te amo.

Díganle a Asher que estará bien y que no me busque, que viva su vida y encuentre alguien que lo merezca.

Gracias por todo".

«Patético» pensé mientras cerraba el pedazo de papel y lo dejaba sobre la cama.

En realidad no era que fuera mala con las palabras, solía ser la mejor escribiendo ensayos era solo que las náuseas, el temblor en mis manos y los ataque continuos de pánico no me dejaban pensar con claridad.

Mire el reloj en la pared aquel que parecía burlarse de mi cada segundo, marcando el final de mi vieja vida.

11:20 pm.

Perfecto, aún tenía tiempo para salir con tranquilidad de la casa y caminar hasta la llegar a la estación de autobuses.

Tome mi mochila repleta de todas las cosas las cuales considere esenciales y la pequeña bolsa repleta de diamantes y joyas que guarde en el pequeño compartimento que había dentro de mi chamarra junto al efectivo.

Sería un día con un par de horas de viaje pero fue lo más económico que pude conseguir, además de que según investigue las posibilidades de que pudieran investigar mi paradero de esta forma eran mínimas. Tomaría un autobús, después de una hora de viaje hasta la estación de trenes en un viaje de de diecinueve horas trasbordaría a otro tren en que estaría cuatro horas antes de llegar a mi destino. Toda una travesía.

No podía negarlo, estaba muerta de miedo. Quería correr a casa de Asher solo para poder contarle la verdad, decirle que estaba embarazada y que me aterraba la idea de tener que supiera porque quería tenerlo.

Pero no podía, porque él salvaría su propio pellejo y me haría abortar, al igual que la abuela y mamá.

Parecía un capricho más de niña mimada, lo sabía, me cuestione eso tantas veces estos últimos días pero creo que el hecho de que hubiera comprado el boleto de tren y empacado mi mochila dejaba en claro que no era algo espontáneo.

Me miré una última vez en el espejo, había dejado todas mis cosas en una de las habitaciones de invitados en la segunda planta porque aquellas sólo se limpiaban a profundidad los domingos y mi habitación cada día.

Mi rostro estaba pálido como el de un fantasma, mis ojos inundados en lágrimas, mis manos temblaban como locas y hace mucho que deje de respirar o al menos eso era lo que sentía. Estaba hecha un asco.

Mire mi vientre el cual aún no daba ni una pista de mi embarazo y sonreí un poco antes de mirar mi nuevo celular que había comprado el día anterior — era menos escandaloso y tenía un nuevo número — las únicas imágenes que habían era un par de fotografías mías con Asher o solo de él y el primer ultrasonido que me había hecho días atrás solo para comprobar que esto era real, no una imaginación de mi cerebro.

— Vamos a hacer esto — susurre con la voz entrecortada mientras guardaba el celular y acariciaba mi vientre, algo que tome la manía de hacer.

Sabía que aún era muy pequeño, lo suficiente como para siquiera entender qué era pero de alguna manera me reconfortaba saber que estaba ahí y podía tocarlo.

RAMÉ ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora