CAPÍTULO 57

4.1K 383 758
                                    

— Jade — susurró Jordan mientras apartaba un par de mechones que caían en mi rostro mezclándose con mis lágrimas que caían sin parar humedeciendo la almohada bajo mi cabeza — Jade, ¿me escuchas?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— Jade — susurró Jordan mientras apartaba un par de mechones que caían en mi rostro mezclándose con mis lágrimas que caían sin parar humedeciendo la almohada bajo mi cabeza — Jade, ¿me escuchas?

Asentí lentamente, era como si hacer algo tan simple como eso me costara millones de fuerzas que no tenía. Solo sabía que estaba cansada de sentir dolor, quería apagar mis emociones como la llama de una vela, pero no podía.

Sentía cada centímetro de mi cuerpo; cada herida en mi corazón y estaba segura que no podía soportar más. Este era mi fin.

Jordan me dijo algo sobre la abuela pero apenas pude prestarle atención porque volvía a ahogarme en mi agonía, tapando mis oídos por completo.

Todo volvió a quedarse oscuro por un par de segundos cuando cerré los ojos hasta que el dolor comenzó a latir en mi pecho como un tambor, abriendo las heridas nuevamente mientras el barullo azotaba contra mí.

— ¿Dónde está ella? — preguntó una voz femenina que conocía tan bien como la mía.

Margot Johnson apareció bajo el umbral de la puerta, vistiendo tan elegante como siempre sin perder un poco de su porte a pesar de que la vida se le viniera encima.

— Jade. — mi nombre salió de sus labios como un pequeño suspiro que se perdió con el aire pesado de la habitación.

— Ella no reacciona, — respondió Gina con la voz ronca, sabía que había llorado tanto como yo — apenas asiente y parpadea, pero no responde nada.

— ¿Pueden dejarnos solas? — preguntó mi abuela sin medir su tono — Por favor.

Gina asintió antes de darme un beso en la frente al igual que Jordan y entonces desaparecieron dejándome a solas con mi abuela quien cerró la puerta y las cortinas de las ventanas que daban al pasillo creando un poco de privacidad.

Nathaniel se había quedado con Ethan apenas sus padres llegaron al hospital para apoyarlo.

Margot camino hasta mí, presionando el botón de la camilla que me alzó hasta dejarme en una incómoda posición semi sentada de la cual no podía moverme.

— Ven aquí niña. — masculló mientras se sentaba a mi lado, recostando la espalda contra la camilla.

Era justo como solía hacer cuando era niña y papá aún vivía, ella se sentaba junto al abuelo en mi cama a leerme un cuento, peinaba mis rizos mientras que ayudaba a hacer las voces de los personajes femeninos. Pero eso fue hace tanto tiempo que apenas podía recordar algo más que lo esencial.

— Abuela. — susurré, sintiendo como mi garganta ardía por la sequedad — Lo eche a perder.

— No Jade, no lo hiciste. — negó abrazando mi cuerpo con fuerza mientras recostaba la cabeza sobre su hombro — No fue tu culpa.

RAMÉ ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora