CAPÍTULO 53

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Asher Faith:

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Asher Faith:

La lluvia artificial de la regadera salpicaba sobre mi cuerpo mientras que mis dedos se hundían entre los rizos de Jade creando espuma con el champú, ambos habíamos quedado hechos un asco después de trabajar en el invernadero que había construido en mi patio; era mi proyecto de este verano.

— ¿Entonces jamás comeremos esas sandías? — preguntó Jade mientras cerraba los ojos con fuerza.

— Si lo haremos nena, solo que tardará un poco — respondí riendo mientras le daba una nalgada juguetona antes de que ella se hundiera por completo bajo el agua.

— Cuando acabemos la universidad .— dijo con dramatismo mientras quitaba uno de otro cabello que se le caía.

Era una de las desventajas de su hermosa cabellera, era tan pesada que era completamente normal encontrarme uno que otro cabello en partes de su cuerpo en medio de una sesión de sexo, en mi cama, en la limusina y prácticamente en cualquier lado donde ella estaba.

— Bueno, serán una deliciosas sandías. — respondí riendo mientras comenzaba a retirar los resto de tierra de sus pechos con una esponja y gel de baño.

Había llegado ahí cuando Jade se le ocurrió que un lugar lleno de tierra, polvo y sabrá Dios qué más era un lugar agradable para tener sexo.

— ¿Alguna vez te has puesto a pensar en eso? — preguntó antes de quitar el champú que había caído sobre su rostro mientras que yo me perdía en las curvas de su cuerpo.

— ¿En qué?

— En todo ese tiempo y nosotros. — respondió mientras que se giraba, dándome la espalda.

Una pequeña alerta se encendió en el fondo de mi cabeza, quería hablar de un tema serio y era por eso que se giraba. Porque no quería ver mi reacción.

— ¿En qué aspecto? — pregunte con tranquilidad.

— En qué pasará con nosotros. — dijo en voz baja mientras yo regresaba a mi tarea de limpiar su cuerpo.

— Claro, no sería un Faith si no tuviera un plan a largo plazo de mi vida, ¿no?

— ¿Y qué piensas? — preguntó nerviosa— Ya sé que aún nos faltan unos años para llegar a eso, quiero decir apenas estamos iniciando la preparatoria pero... Ya sabes.

Sentí mi corazón martillear contra mis costillas mientras me convencía a mi mismo que no podía echarme para atrás, porque sino ella se enojaría conmigo y sería todo un drama.

— Bueno, iremos a la misma universidad y estemos juntos.

— ¿Juntos?

Dios, dame paciencia para poder con su mente curiosa y mi poco control sobre el tema.

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