CAPÍTULO 39

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— ¿Es por eso que me buscaste? — pregunté mirando a la mujer que minutos atrás me había confesado que estaba enferma de cáncer

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— ¿Es por eso que me buscaste? — pregunté mirando a la mujer que minutos atrás me había confesado que estaba enferma de cáncer.

— Sí, — asintió — sé que puede ser un poco egoísta de mi parte Jade, pero necesitaba intentarlo. —

— ¿Por qué? — pregunté confundida, no es que no pudiera ver el cliché en sus palabras.

Ella estaba viendo a la muerte de cara y era por eso que comenzaba a sentir que necesitaba arreglar las cosas en su vida por pura melancolía o porque en realidad temía lo que había después de la muerte. Pero Margot Johnson jamás había sido así, ella decía que si había un infierno o un cielo ella soportaría los dos con facilidad.

— Porque eres mi nieta, la única que quedaba en mi familia hasta que Nathaniel llegó.

—¿Solo me quieres para hacerme cargo de la empresa? — pregunté con una sonrisa llena de ironía.

Claro, ¿por qué más sí no?

— No, Jade. — negó enseguida, captando mi atención — Cuando tu padre y tu abuelo murieron yo me quede con todo el peso, intentando lidiar con un imperio, con tu madre y con mi dolor; me encerré tanto entre carpetas y juntas que me olvide lo que solía hacerme feliz y con lo que forme mi familia; el amor. —

» Pase de ti por completo y ni siquiera me di cuenta en qué te estabas metiendo hasta que huiste; me di cuenta de mi error y no sabes cuánto lo lamento.

— ¿Y qué con eso, Margot? — pregunté con seriedad, agradeciendo que Ezra no estuviera cerca de mí porque seguramente esto iniciaría una discusión entre ambos con la cual no podría lidiar — Tus lamentos no me regresaran los años que pasé sin ti, ni tampoco volverá todo a lo que solía ser mi normalidad. —

— Quiero que iniciemos de nuevo si es necesario, no quiero que seamos desconocidas o que olvidemos que llevamos la misma sangre. — respondió apartando la mirada, sabía que hablaba en serio — Estoy harta de sentirme sola Jade, podemos sentarnos aquí a reclamarnos todo lo que le hicimos a la otra y pedirnos perdón, pero eso no va a funcionar; no en nosotras. — negó con la cabeza lentamente — No, las Johnson necesitamos ver las intenciones de las personas, ¿no? —

— ¿Y qué pretendes hacer?

Quería hacerme la fuerte pero no podía ocultar que mi corazón se aceleró antes la idea de lo que siempre quise estaba justo frente a mi, esperando ansiosa para que yo lo tomara.

— Involucrarme tanto como me dejes, recuperar el tiempo que perdimos, — respondió aún sin mirarme — solo quedamos tu y yo Jade, no podemos desplazarnos tan fácil al menos no sin luchar una última vez, ¿no? —

Tal vez fue la maternidad, las hormonas enloquecidas que recorrían mi cuerpo después de parto o la pequeña niña que vivía en mi interior, lo que hicieron que sus palabras tomaran sentido en mi cabeza y ablandaran mi corazón.

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