El Chico De La Selva. ||Capítulo 1||

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Narra Rommie.

Estaba tirada en el suelo con toneladas del peso sentí que iba a morir, al no poder tener lejos de mi al reptil. Pensé; tengo que tener algo de fuerza de voluntad, soy una adulta y si voy a morir tengo que pelear por mi vida, para que así por lo menos mi muerte sea un poco digna.

Respire y con una fuerza abismal seguí haciendo resistencia hasta que la boa abrió su trompa rabiosa como si se quejará y se quitó de encima para encontrar su cola atravesada con una lanza. Rápidamente me  levante del suelo mientras el hombre la trataba de enfrentar, la serpiente se abalanzó nuevamente sobre el y tomé una roca que al parecer era mas grande que su cabeza y la tiré sobre ella, El joven se quito de encima al reptil que aparentemente estaba noqueado y se levantó para alejarse mal herido.

—¡Espera!, ¿A dónde vas? —Pregunté siguiéndolo, no quería quedarme sola con ese animal moribundo.

— [Kichwa]
"Ikiwa hatutahama mbali na eneo la uwindaji, litaamka na tutafuata tena"

—No entiendo un pepino. ¡Oh! Espera, tengo un diccionario. —lo único bueno de esto era que ahora los diccionarios tienen tanta variedad que hay hasta en chino.

—¿Sabes cómo puedo llegar al campamento de turistas? —se que no lo había dicho perfecto, pero esperaba que me entendiera la mayoría de la oración.

Al estar enfrente de un hombre tan grande me sentía algo intimidada y curiosa, se quedaba callado mirándome, examinándome, desnudándome con su mirada, ¿Quizás piense que es una falta de respeto que venga a su hogar y no saber hablar bien su idioma? Él siguió ignorándome sin decir nada y fue entonces que me di cuenta que no le agradaba ni un poco, pero lo seguía porque ya era de noche, y no quería estar sola en este lugar, ¿Porqué mis compañeros no han venido a buscarme? Estoy en este feo lugar con un gorila que no me entiende.

Arrugo la frente, porque ya a este punto no podía ver nada, y sentía que el cada vez se alejaba mas de mi, corrí para alcanzarlo e instintivamente toque su brazo.

—¡No!... Me dejes sola. —Susurre apretando su bravo y el olor a sangre llegó a mis fosas nasales, el se detuvo cuando tomé su brazo herido. —Déjame curarte, es lo mínimo que debería hacer, te lastimaste por mi. —Con mis dedos acaricie su brazo y mis manos estaban temblando. Avanzamos a un lugar cerca del río y nos quedamos sentados allí.

Tomé mi botiquín y saque una linterna, sin importar que la luna era muy intensa, su luz no alumbraba del todo el lugar. El joven puso un montón de hojas y paja para que yo me acostara mientras que el se recostó en el suelo helado.

Narra Amaru.

—Ven acércate Voy a curar tus heridas. —Dijo con incomodidad la mujer de cabello risado.

Me acerqué a ella, y deje que me examinará, si no se hubiera perdido estaría en los aposentos, nunca había visto a uno de ellos que se perdiera tan lejos. La selva es inmensa pero hay maneras de guiarse, estos solo demuestra que es una desorientada total.


En una pequeña caja blanca que tenía la abrió tomando unos frascos con líquidos y cremas, podía ver su rostro irritado, y algo incómodo, ¿Siente asco hacía mi?


—¿Tú... crees que soy repugnante? —Pregunté serio en su idioma tratando de ser lo mas claro posible, ella me miró sorprendida mordiendo sus labios.

—¡Yo no he dicho eso! —se defiende tomando una maya para cubrir mi brazo.

—Tú mirada, expresa; Angustiado, rechazo, miedo.

Su boca se abre para contraatacar mis palabras y vuelve a bajar su mirada.

—Es solo que... Me siento un poco culpable, y además ¿Cómo puedes estar tan tranquilo con este tipo de heridas repulsivas? Si fuera tú ya estaría tirada en el suelo por la perdida de sangre, un ser humano puede morir al perder la tercera parte de ella... Ah, lo siento, creo que te estoy aturdiendo, ¿No?

—No me tengas miedo, Yo no te haré daño.

Ella terminó de curarme y se sentó a mi lado, pude sentir un olor dulce de su cabello, como a flores frescas, o el perfume de las manzanillas en su pelo, era agradable.

—¿Cómo te llamas? —Pregunta quitándose sus botas y quedándose con unas medias de color celeste.

—Amaru Hangulen, ¿Y tú?

—Rommie Cortez, pensé qué tu nombre seria algo mas difícil, es bastante lindo. —Sonrió, su sonrisa era algo único cuando ella lo hacía me daban ganas de sonreír a mi también.

—Tú también eres muy bonita. —Confesé sincero, no solo nunca había visto una mujer así, para mi era extraño ver mujeres vestidas de manera extravagante y con cabello de otro al negro, ella era delgada y delicada, hasta su cara era fina.

—Ah, gracias. —La atmósfera se volvió incomoda y no entendía porqué.

—¿Me llevarás al campamento de turistas? —Preguntó tocándose el cabello.

—Si, mañana cuando amanezca iremos hacía el sur.

—¡Muchas gracias!, discúlpame que te haga ir hasta allá por mi. —Agradeció apenada nuevamente, abrazándose a si misma.

—Yo también voy para allá, estaba cazando y se me hizo tarde...

—¿Qué estabas cazando qué? —masculla enojada. —Oh Dios. ¿Se comen a la serpientes? —hace una O con su boca indignada y se aleja de mi.

—Es algo normal, ¿Tú no comes animales? —Digo calmado ignorando su reacción.

—¡Si! Pero no serpientes. —Se queja. —Con razón, estaba tan enojada, no la culpo por querer tragarnos vivos.

—¿Y cuál es la diferencia entre que yo me coma una serpiente y tu una vaca?, también es un ser vivo, es parte de la cadena alimenticia.

—Pues es mas civilizado. —Admitió disgustada.

—¿Tratas de decir que yo no lo soy? —Mi voz se escucho mas ronca de lo habitual. Sus palabras me ofendieron.

—No. No quise decir eso, es lo solo que entre gustos y sabores, no me comería una serpiente.— Explicó mas calmada volviéndose a acercar.

—Dices eso porque no la haz probado. —Bromee mostrándole una sonrisa.

—¡No!, no lo haría nunca.

—Cuando vives en una tribu como nosotros lo mas importante es la familia, la armonía, la supervivencia, lo que tú vez como algo asqueroso para los niños  aquí es riqueza, no siempre las comemos, cuando el tiempo agricultura termina y deja de producir algunos de nuestros vegetales es esencial buscar algo de carne,  y tal parece, tú haz llegado cuando la cosecha ha acabo... Pero mira el lado bueno, si hubieras llegado un día de cosecha no te hubiera encontrado.

—Tienes razón... —Sonríe. — Debí traer mi grabadora, escucharte hablar es muy reconfortante, siento como si tuviera mi propio guía especial. — se recuesta en mi hombro y un escalofrío recorre un cuerpo e instintivamente sobresalto.

—¿Qué pasó?, disculpa te incomode. —Me mira culpable y se aparta.

—No... Es solo que nunca había tenido tan cerca a otra mujer que no fuera mi esposa.

—¿Eres casado?, ¿Y tienes hijos? —me sonríe curiosa lamiendo sus labios.

—No, nosotros hemos intentado tenerlos pero no, aun nada. — Aika y yo llevamos años intentando tener descendencia pero sin resultados, mis antecesores dicen que tenia que ver con el sol y sus posiciones.

—Quizás es estéril. ¿Y no haz intentado hacerlo con otra? —Su pregunta me impactó, pues si alguien mas la hubiera hecho diría que es una locura.

—No podemos hacerlo con otra persona que no fuera la que esta predestinada por nuestras familias, sería una completa abominación.

—¿Qué? He leído en los libros que ustedes son poliamorosos, tienen varias mujeres. —Comentó confundida.

—No. —Negué mirándola.

—Sí. —Afirmó enojada. Veo que tiene un carácter particular.

—Eso era antes, los reyes lo hacían, pero si tienes un amorío y todos se enteran es probable que te castiguen torturándote.

—¿Y si no se enterarán?

Pasión Imperial+18 ||Completa|| ✔Where stories live. Discover now