Pasión Imperial+18 ||Completa|| ✔

||Capítulo 45|| ¡El Comienzo de la batalla!

Narra Rommie.

Su mano levantaba la daga apuntando hacía abajo, no había manera de acercase por ningún lado, si intentaba bloquear el golpe por debajo mi brazo terminaría rasgado, necesitaba algo largo o ancho para defenderme de su ataque.

Yo tengo barrio, se que puedo salir de esta situación solo debo calmarme, aunque mi corazón esté latiendo tan agresivo qué me lastimaba.

—¿Qué?—Amaru trataba de safarce asustado mirando lo que sucedía.

—No importa, ahora la escucharás gritar. —Dijo Aika y se acercó rápidamente con la daga encima de mi, tomé su muñeca con mi mano para evitar que me apuñalara pero la presión que ejercía era muy fuerte tanto que me obligó a irme al suelo. Sin rendirme retenía la daga que amenazaba con cortar mi cuello.

—¡Te irás al infierno maldita zorra! —Gritó furiosa, las venas de su cabeza salieron a flote por la presión que ejercía, ¿no está embarazada? ¿Cómo es que tienes tanta fuerza? —¡Amaru se quedará aquí! Conmigo y con su hijo, no volverás a destruir nunca más a nadie.

—¿Aika, Rommie está aquí?, ¿¡Rommie, eres tú!? —La voz de Amaru se escuchaba a lo lejos desesperado por quitarse todos esos nudos y venir a buscarme.

—Quí... tate de encima, loca. —Hablé por lo bajo temiendo por mi vida, mis brazos dolían y temblaban sin embargo no podía hacer nada con ella encima de mi con una daga tratando de apuñalarme.

Puedo ser muy grosera y todo pero nunca había matado a nadie, aún que muchos dicen que el amor te ciega, que por amor nosotros hacemos muchas locuras, el amor no es así, los que decían eso solo trataban de justificar su conducta retorcida y errada.

—¿En... Serio vas a matarme? —la encare sabiendo sus intenciones desde un inicio. —¿Crees que Amaru amaría a alguien así?, ¿Qué te hace pensar que matándome acabarás con todos tus problemas?

—Te detesto... Aborrezco tu miserable presencia ¿Es por qué eres blanca o de cabello distinto? ¿Qué tienes tu qué yo no tenga? ¿No entiendes que yo lo amo más que tú? —Sus lágrimas se desbordaron hacía mí cara, la antigua yo estaría pensando; Ay que pereza ver a esta mujer llorando por un hombre que desde un principio sabias que no la quería, sin embargo ambas amábamos a la misma persona y no tenía nada que ver mi raza o dónde venga, tan solo era mi forma de ver el mundo.

—OK, ok. Te entiendo, OK. Yo también me detesto la mayoría del tiempo, y entiendo tu odio hacia mí ¿No me voy a hacerme la víctima cuando todo esto es mi culpa? Yo también sé lo que siente que te quiten algo que amas... Cuando era tan solo un bebé y mi padre y mi madre decidieron vivir juntos entonces una mujer se le atravesó por los ojos a mi padre y nos abandonó, nunca más volvió. No sabes cuanto odie a esa mujer por arrebatarme a mi padre, pero madure y me di cuenta que mi mamá merece a alguien que la quiera de verdad, nadie merece ser engañado o manipulado Aika, nosotros estamos con quién queremos estar, y todos deberíamos ser capaces de tener un amor genuino en donde ninguna de las dos partes se sienta insegura o herida. Todos deberíamos ser el protagonista en el corazón de alguien más.

Aika me escuchó mientras parpadeaba varias veces y su fuerza fue descendiendo mientras me miraba adolorida.

—Siento el daño que te causé, pero mis sentimientos son tan reales como los tuyos. —Mis ojos se cruzaron con los de ellas buscando respuestas, entonces su daga volvió a apuntarme con más fuerza y odio.

—Eso quiere decir... ¿Qué te volviste en lo qué más odias? —Ya no podía aguantar más, con mi mano derecha se desplazó para aguantar el peso de la daga que estaba apunto de dar en mi cuello, su fuerza era inmensa por ello mis manos temblaron y la daga atravesó mi mano izquierda. —¡AHHH! —un grito desgarrador salió de garganta al sentir los nervios de mis manos romperse por la apuñalada. Dios mío, el dolor era horrible.