Amaru es un joven indígena aventurero y cansado de la rutina, frustrado por la muerte de sus colegas a causa de las enfermedades y virus que se han propagado en la selva. Un día en su viaje de caza se encuentran con una estudiante universitaria en e...
La música que le dedica Amaru a Rommie está en multimedia, lo importante es la letra, no importa si no les gusta la tonada.
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Narra Amaru.
Mi cuerpo no sentía nada, mi mente estaba serena como una piedra, abro los ojos y veo un abismo.
Oh ya recuerdo...
Amazonas.
—¡Hey Amaru Despierta! ¡Nos atacan! —Grito Canek golpeando mi cara para levantarnos del suelo, estábamos llenos de lodo y sangre, me levanté rápidamente y tomé mi arco y flecha.
Solo teníamos 16 años en ese entonces.
—¡Ayuda! Por favor. —Podía escuchar los gritos de las personas heridas estaba lloviendo pero el fuego consumidor no se apagaba... Era difícil asimilar todo lo que pasaba, nos estaban atacando por quitarnos lo nos o pertenecía de echo. Mandaron hombres para la perforación en busca de petróleo, el codiciado oro negro, sin embargo nuestra tribu lleva miles de años aquí, no permitirían que nos arrebanten nuestra integridad, cultura y raíces.
—Señora sigame por favor, por aquí. —Empezamos a caminar debajo del agua, solo dejando nuestras ver nuestra cara para escapar.
—Canek lleva a la señora al refugio.
—¡No te dejaré Amaru aquí solo! Estas loco te matarán. —Se negó haciendo un escándalo.
—Recuerda lo que decía mi padre, lo más importante son las mujeres y los niños, Canek, por favor, cuidalos. —Dije antes de salir corriendo y llamar la atención con mi andar resuroso.
—Escuché algo por allá. —Unos soldados con armas de fuego nos buscaban con la mirada.
La Selva estaba llorando, todo en ella era tristeza sus hojas caídas, el aire triste turbio y el cielo nublado, la tierra estaba gritando por ayuda.
—Por aquí, señores. —Un hombre de cabello corto rubio se acercó al árbol robusto atrás de ellos y fue entonces que Yacuiba y moüko tomaron como rehén a quien parecía ser su líder.
—¡Bajen sus armas! —Grito Yacuiba con una daga en el pecho del hombre extraño.
—No entendemos lo que dicen... —se miraron entre ellos pero con los gesto que hacían nuestros hermanos rápidamente bajaron sus armas.
—Tú, Amaru llévalo a las cavernas el señor Quispe debe verlo.
Seguí las órdenes rápidamente y amarre sus manos por detrás de su espalda llevándolo a las cavernas, el señor Quispe empezó a gritarle, con todos lo años de antigüedad el habla muy bien el español de las personas que llevan a visitar o a destruir este lugar.
