||Capítulo 38|| Dejarlo Ir.

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Narra Mariana.



¿Recuerdas cuando nos conocimos, Alexander?

Nunca vas a amarme, así que ¿de qué sirve? ¿Cuál es el punto en jugar un juego que vas a perder?
¿Cuál es el punto en decir que me amas como una amiga? ¿Cuál es el punto en decir que esto nunca va a terminar?

Estas muy orgulloso de decir que has cometido un error, Eres un cobarde hasta el final. No quiero aceptar que no encajaremos, no soy del tipo que te gusta ¿Por qué no simplemente fingimos?

Eres como un pared fría helada con la que me tropiezo varias veces, simplemente no puedo dejarte ir.

Antes de llegar a Ecuador mi madre ya había enfermado gravemente de diabetes, posiblemente yo padezca lo mismo por eso no me gustan los dulces.

Fue como un disparo al corazón, Alexander era atractivo, audaz e hipnotizante. Yo no conseguía trabajo por ningún lado, fue él la primera persona en ayudarme con un trabajo era lo que más necesitaba en ese momento, un lugar donde estar.

Sabía que él era mucho mayor que yo, sin importar que intenciones tuviera conmigo de todas formas acepte trabajar para él.

Era tan insegura, antes de venir aquí mi madre siempre me decía lo mismo.

“Nadie te amara si no eres atractiva.”

Mi cabello era corto como el de un muchacho y casi no me maquillaba, padecía de ansiedad y depresión por todo lo que había sucedido en mi vida, mi familia tenía muchas deudas así que he trabajado desde muy pequeña para ayudar a mis padres que se esforzaban por darme una educación decente, pero cuando mamá empeoró y los médicos dijeron que le cortarían un pierna mis transtornos alimenticios se agravaron un día comía como vaca y al siguiente no comia nada porque todo lo que entraba en mi estómago me hacía sentir culpable.

***

—Las reglas son claras eres una ama de casa tradicional, nadie puede saber que trabajas para mí, nadie puede visitarte. —Aclaró mirándome de pies a cabeza.

Él trabajo era sospechoso, era un hombre soltero y ocupado por ende me parecía extraño que a su edad no tuviera una novia, pronto comprendí que el dichoso empleo era para sustentar su soledad, para no sentirse completamente solo pero lo ocultaba con trabajo.

—No conozco a nadie aquí así que está bien. —Le confieso y el me examina.

—Eres de Brasil según tu currículum, me da curiosidad escucharte hablar en tú idioma, dime algo. —Propone encendiendo su cigarrillo. —Es bastante parecido al español.

—¿Y qué quiere escuchar?

—Lo que tu quieras decirme. Solo es un pequeño capricho. —Le dio una calada y la habitación se lleno de ese olor a tabaco.

—É muito atraente. —Dije descuidadamente ya que supuse que Alexander no sabía portugués.

—Todas me dicen lo mismo. —Sonrió con sus ojos que brillaban audaces. —No te quieras pasar de lista conmigo, yo hablo 7 idiomas. —Fue muy intimidante, me entregó una carpeta con todo lo que debía saber para empezar a trabajar mañana mismo.

Siempre traía mujeres muy bonitas a su casa en la madrugada y al amanecer las desechaba como objetos y eso me hacía preguntarme porqué todos los hombres con dinero son así, lo más sano que podía hacer era sacarme de la cabeza que el era una buena persona, si terminaba involucrada con él solo me haría daño.

Pero aveces el corazón es tan necio.

Creía que el nunca se fijaría en una chica como yo, no era su tipo, no era bonita, ni mucho menos de la mejor clase social.

Pasión Imperial+18 ||Completa|| ✔Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang