||Capítulo 28|| En El Hospital.

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Narra Rommie.

Amaru estaba tendido en el piso rápidamente trate de levantarlo y el estaba sudando frío, lo puse en mi hombro tratando de levantarlo inútilmente el pesaba más que yo, lo puse boca-arriba su nariz estaba sangrando, sentí un miedo inimaginable, revisé su pulso y estaba muy bajo... Su corazón latía muy despacio.

Dios mio Amaru que estaba pasando.

—¿Amaru... Puedes oírme, hey? Tranquilo te llevaré al hospital. —Tome el celular mientras le daba aire a Amaru y tocaba sus puntos de presión.

—¡Ayuda! —Grité desespera al notar que ningún empleado se hacía presente, observe de nuevo a Amaru, ¿Porqué está tan pálido? No puedo hacer nada aquí, cómo podría atenderlo sin ningúna herramienta. —¡Ayuda por favor!

—¡Llegamos señorita! —Me ayudó a levantarlo y lo llevamos fuera por un taxi hacía el hospital.

—Señor podría ir más rápido. —Pedí al taxista desesperada,  el tránsito era un asco y el chófer no entendía la situación mis manos temblaban, por suerte dejó de sangrar de su nariz.

Amaru por favor, no quiero que te pase nada.

Llegamos al hospital, no tuve que hacer ningún trámite estúpido porqué trabajo allí, rápidamente llevé a Amaru a emergencias para saber su estado.

—Rommie, si que te gusta venir a trabajar, ya lleve la muestre de sangre al laboratorio, ¿cómo lo ves? —Me preguntó Antonio mirando mi preocupación por Amaru.

—Pues ya está estable, su corazón empezó a latir con más regularidad y su temperatura está mejor. —Corroboré acariciando su cabello, parecía un pequeño Ángel hay dormido.

—¿Quién es él? Pensé que no tenías pareja, siempre te andas peleando con tus compañeros?

Antonio miró analítico a Amaru, es verdad la mayoría de mis compañeros de trabajo querían invitarme a salir solo para tenerme en sus camas, al notar sus actividades poco profesionales mi actitud era indiferente.

—Es... Es alguien especial.

—Dame sus documentos, iré a registrarlo se quedará algunos días aquí. —Tomé la billetera de Amaru y saqué su identificación para sacar una copia y dárselas a Antonio. Lo dejé un rato solo y me dirigí a sacar la copia.

Una vez que Antonio se fue regresé a la habitación de Amaru,  pobrecito, ¿Porqué le pasaba esto a él que era tan bueno? Siempre preocupado por los demás y no dejó de sentir que es mi culpa, desde que lo conocí solo le traje problemas.

Ya eran las 3 de la mañana me había quedado dormida en su habitación. No lo dejaría solo en una situación así, tomé su mano y pensé que solo lo quería cuidar.

—¿Sigues aquí Cortez? Deberías ir a descansar. —Entra Antonio y más atrás otra enfermera, Luisa con inyecciones y sueros.

—No, mañana es fin de semana así que me quedaré todo el tiempo aquí, ¿Ya tienes los exámenes? —Me desespere acomodando mi cabello y frotando mis ojos.

—Sólo porque son para ti, recuerda que hay muchos pacientes esperando, muchas gracias. —Se frotó su barba entregándome los papeles y la enfermera se acercó a Amaru para poner los sueros.

Revise los exámenes de sangre, y Amaru tenía deficiencia de glóbulos blancos, él tejido linfático no estaba llevando los debidos linfocitos para defender su sistema inmunologico.

Miré sorprendida a Antonio que estaba muy calmado y el trato de calmarme.

—Tranquila hija, es una leve anemia parece que en su cuerpo ha entrado alguna sustancia altamente tóxica, mira el otro exámen y te darás cuenta que está intoxicado, a eso se debe la palidez de su piel y la baja de peso, se desmayo porque en un momento su cuerpo recibió mucho estrés.

Pasión Imperial+18 ||Completa|| ✔Where stories live. Discover now