- ¡Venga, otra vez!
- ¡Alba, tía, deja que nos vayamos...! -lloriqueó Afri.
- ¿Es que tienes algo mejor que hacer? -le recriminó, dejando su bandurria sobre el soporte.
- ¿No íbamos a tomarnos una shandy? Venga, es el primer ensayo del año, y es jueves.
- África Adalia, en tres años de carrera no he pisado una fiesta universitaria, ¿me ves con cara de que vaya a hacerlo ahora, después de perder el campeonato nacional? -tenía las manos en la cintura y solo rompió su pose agresiva para subirse las gafas.
- Quedan nueve meses para la final, Alba -se unió Noelia-, un embarazo.
- Un embarazo humano -puntualizó Alba-. Y son cuarenta semanas, multiplicado por siete días que tiene la semana y dividido entre treinta, haciendo una media, son 9'33333 meses. Periódico puro.
- ¿Y qué? -preguntó Marilia mirándolas a todas, una por una, intentando entender algo.
- ¡Que me da igual lo que quede, este año vamos a ganar, maldita sea!
- ¡Alba, esa boca! -la regañó Noe.
La rubia tenía la vena de la frente a punto de explotar, por lo que Afri se acercó hasta ella y la agarró por los hombros.
- ¿Qué te pasa? ¿Por qué estás tan histérica? Acabamos de empezar el curso -agarró un sándwich de los que había traído Alba para darles la bienvenida a un nuevo año y se metió medio a la boca.
- Nada -se cruzó de brazos y abrió la boca cuando su amiga le dio el cuarto de sándwich que le quedaba.
- Cuéntaselo a Afri, va.
Alba la miró muy seria, se recolocó las gafas que, efectivamente, estaban perfectamente en su lugar, y chasqueó la lengua.
- Me he encontrado a las poetas esta mañana en el metro.
- ¿Qué te han dicho? -preguntó preocupada la morena. Alba, al ser la jefa de la tuna, era la que más sufría sus bromas sin gracia y sus ataques.
- En realidad nada, solo que... Solo que tengo mal perder -agachó la mirada.
- Y eso es... ¡Chicas, redoble de tambores! -el resto de la tuna hizo ruido con los pies en el suelo-. ¡VERDAD!
- Lo sé -le lanzó una mirada furibunda-, pero yo no me he metido con ellas estos años...
- Alba... -le dijo en tono disconforme.
- ¡Bueno, solo un poco! -reconoció a regañadientes-. Si me provocan, ¿qué hago?
- ¿Ignorarlas?
- Ya no estoy en el instituto, África. Aguanté muchos años de burlas, de "empollona", de desprecios... No voy a callarme más.
- Y me parece estupendo, pero mira cómo te pones, Al... No compensa.
- Es que... ¿Es que no pueden, simplemente, pasar de nosotras?
- Alba... ¿Te acuerdas cuando empapelamos el hall de filología con nuestra foto como ganadoras en segundo año?
- Sí -rió entre dientes como una ratilla.
- ¿Y de la vez que hicimos una réplica del trofeo regional y les hicimos unas bandas de segundonas?
STAI LEGGENDO
Tunantas
FanfictionDos mundos diametralmente opuestos. Dos maneras de entender la vida. Dos líderes naturales de bandas rivales. Dos tunas estudiantiles, enfrentadas desde el inicio mismo de los tiempos, obligadas a entenderse. ¿Habrá algún cliché que no cumpla es...