Capítulo 29. El efecto mariposa de Jumanji.

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- Así que... ¿la Reche está aprendiendo el noble arte del tonteo? 

- Sab, escúchame, dice que no se entera de nada, pero ya te digo yo a ti que sí -se colocó la chaqueta de cuero encima del top blanco que llevaba y se palpó los bolsillos para comprobar que llevaba mechero. 

- No lo veo, Lacun. 

- Ayer le digo que me va a adelantar en esto del tonteo y me dice, atenta Sabela, me dice "no, que me miras el culo" -se miraron las dos con los ojos bien abiertos de impresión-. ¿HOLA? 

- ¿La Reche te dijo eso? Aprende rápido -abrió la puerta para salir de casa de la morena-. Pilla dos latas para el camino. 

- Hostia, es verdad -se fue corriendo de nuevo a la cocina y volvió con dos cervezas-. Lo que te decía -cerró la puerta, echó la llave y llamó al ascensor-, que es un cerebrito en todos los ámbitos de la vida, tía. Como no me espabile, se me sube a la chepa. 

- ¿Crees que es tonteo de verdad? ¿De Témpano de Hielo Reche? 

- A ver, que no te estoy diciendo que pierda el culo por mí, y que no lo pierda, por favor, que es la octava maravilla -rieron las dos-, solo digo que le mola el juego y cada vez lo juega mejor. 

- ¿Le dijiste que te gustaba? -preguntó, viendo que no terminaba de cerrarle nada. 

- A todas horas -puso cara traviesa y se metieron al ascensor-. Y ella como si nada, es una chica práctica y, mientras no afecte a nuestra relación, no le importa. 

- Lo que no me encaja es que te siga el rollo. 

- Sab, tía, porque le encanto, ¿por qué si no? 

- A la Reche no le ha gustado nadie en su vida. Tiene una reputación y todas la conocemos. 

- ¡Hasta que llegó Natalia Lacunza, señores! -dijo en voz muy alta, saliendo a la calle. 

- No te emociones, hermana, que la caída puede ser terrible. 

- Llevo cayendo en picado desde que le dije que me gustaba. Me ponen los deportes de riesgo -le dio un trago a su cerveza-. Además, ya te he dicho que no creo que yo la tenga loca, pero que le hago gracia... Vamos que si se la hago. 

- Sí, en eso estoy de acuerdo, se pasa los ensayos revoloteando a tu alrededor y riéndote todas las gracias, y no eres tan graciosa, Lacun. 

- ¡Oye! -le dio un empujón-. Mira, Sab, yo empecé con esto sin ninguna pretensión, y así sigo. No me voy a montar una película porque me siga el rollo, pero puedo disfrutarlo, ¿no? 

- No me molaría que te rompiera el corazón. 

- No va a hacerlo, ¿y sabes por qué? Porque me estampó un NO como una catedral en toda la  frente desde el primer momento, y me lo recuerda siempre que puede, la muy cabrona. 

- Pero, si sabes que no vas a conseguir conquistarla, ¿por qué haces esto? 

- Porque, aunque suene ingenuo por mi parte, tengo la sensación de que ese NO gigante tiene goteras. 

- La Reche va a follarte, porque la tensión sexual que percibes entre vosotras es la gotera a la que te estás aferrando, y te va a dejar en la puta mierda -negó con la cabeza, viendo el futuro más negro que el sobaco de un grillo-. No confundas la atracción física con asuntos del corazón, Lacun, porque Alba no ve las relaciones como tú. 

- No pienso acostarme con ella si no es porque vea algo más. Tampoco soy estúpida -refunfuñó, un poco dolida por la sinceridad de su amiga. 

- Te lo digo a lo bruto porque quiero que, si te la juegas, lo hagas con toda la información en la mano. Que sopeses tus escasas opciones y decidas si seguir adelante o parar ahora que puedes. 

TunantasWo Geschichten leben. Entdecke jetzt