LA PRINCESA DE LAS ROSAS (Capítulo 2)

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—¡Larislava! ¿Qué hiciste? ¡Dios mío, pastor Kendhell! ¿Qué le han hecho?— dijo mamá entre lágrimas.

—Mamá, ¿estás ciega? ¿No ves que el tipo tiene el pə-nə de fuera? Intentó abusar de Gina, como lo ha hecho conmigo y todos los niños de la iglesia durante más de 4 años—

Mamá limpió sus lágrimas, se volteó hacía mi, estaba furica, sus ojos verdes estaban encendidos, levantó la mano, y me abofeteó, tan pero tan fuerte, que puedo jurar escuché los lamentos de las almas en el purgatorio.

—¡Maldita mentirosa! El pastor Kendhell solo cuidaba de todos, era un ángel y si te hizo algo es porque seguramente lo provocaste, sucia, sacaste a un servidor de Dios de su santidad, y no conforme con eso lo asesinas—

Al otro lado de la habitación estaba Sophia la mamá de Gina, abrazándole y preguntándole si todo estaba bien.

—Señora Peonía, Larislava no está mintiendo; él intentó abusar de mí, ella me salvó— dijo Gina; aún llorando.

—Perdón Peonía pero yo le creo a tu hija y mi hija, las pruebas son más que obvias, te estas dejando cegar por tu fanatismo religioso, debo llamar a la policía— dijo Sophia.

—No, por favor no la llame señora Sophia, van a llevarme presa, y no quiero, tengo miedo— supliqué llorando.

—Si llamalos, que se la lleven presa, es una maldita asesina y mitómana, asesinó al hombre de mi vida, el pastor Kendhell y yo nos amábamos, teníamos una relación que pronto haríamos pública, así que esta zorra merece ir presa, ahora si tenés miedo ¿no? Pero que tal mientras lo asesinaba?—

—Mamá, ¿cómo podría ser el hombre de tu vida alguien que me violó durante años? ¿Y si te amaba por qué te mantenía oculta? ¡Por Dios mamá, soy tu hija!—

La policía llegó, me llevaron a la delegación, mamá declaró en mi contra, vociferaba que yo era una asesina mentirosa, Gina y su mamá declararon a mi favor, varios niños abusados por Kendhell declararon a mi favor, me hicieron todo tipo de pruebas, aún recuerdo el rostro de mamá cuando el detective encargado del caso le dijo, que yo tenía señales de violación anal y vaginal y que en mi interior se había encontrado ADN de Kendhell, su rostro se descompuso, y corrió hacía mí, por un instante pensé que me abrazaría pero no, me abofeteó muy fuerte otra vez.

—¡Querías robarme a mi hombre— gritó,

sería así como empezaría la más grande de mis agonías y el más tenebroso pero liberador futuro.

Continuará...

- Lissbeth SM.

LA PRINCESA DE LAS ROSAS Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ