LA PRINCESA DE LAS ROSAS (Capítulo 17)

855 71 5
                                    

Era él o al menos esa creía yo, era alto, delgado, piel canela, ojos preciosos, manos grandes, usaba lentes, cruzó la puerta de la entrada y dentro de mí algo se encendió, se topó con un chico al que parecía conocer, le dijo algo y el chico me señaló, él inmediatamente volteó a verme y sonrió, ¡joder! Era esa sonrisa que salvó a Larislava la niña que necesitaba una luz que esa sonrisa de medio lado le dio, se dirigió hacía mí y sentí escalofríos en todo el cuerpo.

—Hola, buena noches— dijo.

—Hola, buenas noches— respondí, tratando de ocultar mi emoción.

—Disculpa, es que el chico que está allá dice que sos la dueña de la florería y yo busco flores para enviarle a alguien—

—Si, soy una de las dueñas, mi hermana Gina es también dueña— respondí un tanto tímida.

—Perfecto, busco algo lindo para enviarle a mi ex novia—

Sentí algún tipo de tristeza, no sé porque, —claro, ¿qué tipo de arreglo buscas?—

—No sé, ¿tenés algún tipo de muestrario?—

—Claro, acompáñame al mostrador— dije, mientras me dirigía hacía allá.

—Por cierto, que hermoso y original nombre el de tu florería—

—Oh gracias, yo soy la luna— dije sonriendo.

—Lo supuse, por el collar que usas, entonces... ¿yo podría ser Saturno?— Preguntó.

Yo lo vi y sonreí tímidamente, aunque en el fondo quería responder, ya sos Saturno, Marte, Venus, Orión, La Osa Mayor, ¡el universo entero!

—Disculpa mis malos modales, soy Isaac Monroy, tengo 28 años— dijo extendiendo su mano para saludarme.

—Mucho gusto Isaac, soy Lava Barshá y hoy estoy cumpliendo 20 años—

—Wow, ¿hoy es tu cumpleaños? Pues ven acá déjame darte un abrazo— dijo tomándome por sorpresa entre sus brazos.

En cuanto estuve entre sus brazos me volví a sentir segura como cuando era más joven, en ese instante él me soltó y volvió a verme fijamente a los ojos, se veía asombrado, —¿nos conocemos de algún lugar?— preguntó con ojos de esperanza.

—Me temo que no, nunca antes te había visto, ¿por qué la pregunta?— Mentí.

—Mira no quiero asustarte, pero al abrazarte sentí algo, que he sentido una sola vez en mi vida, y me hubiese encantado que fueses esa persona, porque me encantaría saber que se convirtió en esta mujer exitosa y tan preciosa que está parada frente a mí—

En cuanto lo escuché decir eso, quise llorar pero fui fuerte, —pues lamento no serlo, pero dime ¿qué arreglo querés enviar?—

—Mira, creo que estoy siendo imprudente, es tu inauguración, ¿te parece si mañana regreso y elijo? Por ahora ¿puedo quedarme a tu fiesta?—

—Pero claro, sería un honor que te quedes—

—¿Me harás compañía?— preguntó tomando dos copas de champagne y dándome una, yo sonreí, y nos dirigimos una de las mesas del fondo.

En la pista de baile estaba Gina y Valdor muy felices, papá conversaba con la señora Regina, encargada de ayudarnos con la florería, yo sonreía estúpidamente al verlos felices.

—¿Te han dicho que te ves hermosa sonriendo?—

—Ja, ja, ja, ja, pero que adulador, aún así gracias—

—¿Por qué no estás bailando, Lava? ¿En verdad te llamas Lava? ¿Quién se llama Lava?—

—Nunca he bailado y yo me llamo Lava—

—¿Cómo que nunca has bailado? Eso no puede ser posible, ven vamos a bailar— dijo extendiendo su mano, yo no quería, me negué, pero él no dejó de insistir, hasta que me puse de pie y acepté.

No sé si fue casualidad o destino, pero en el momento en el que pisamos la pista de baile, la música cambió y empezó a sonar «Photograph de Ed Sheeran», Isaac me tomó de la cintura, me llevó hacía él, y empezó a moverse y moverme con él lentamente, me recosté en su pecho y cerré los ojos.

—Esto es una señal— susurró en mi oído.

—¿Una señal?

—Si, de que debíamos cruzar caminos, ser amigo y cosas de esas, está será nuestra canción— dijo, yo sonreí.

La velada transcurrió, Isaac y yo no dejamos de hablar, todos empezaron a irse, Isaac me tomó de la mano y me llevó hacía la calle, —quiero que veas esto, algo que me dice que va gustarte mucho— dijo, señalando la luna, que estaba preciosa, brillaba como nunca.

—Aaaah, es hermosa— dije, sentándome en la acera, Isaac se sentó al lado mío y me tomó de la mano.

—No sé que me pasa con vos Lava, pero siento una conexión extraña, me caes bien  y quiero que seamos amigos, pero quiero que dejemos las cosas claras, no me gustaría que malinterpretes todo, ya he perdido amistades antes por no ser claro y no me gustaría que pase con vos, yo no estoy buscando nada amoroso, aún siento cosas por mi ex, eres preciosa pero no quiero nada con nadie— dijo.

—Creo que en ese punto estamos bien, yo no busco nada y tampoco quiero nada con nadie, no quiero amor, no quiero nada, así que nuestra amistad será la mejor— dije.

De pronto salió papá, muy asustado, —Lava, ayúdame, es Gina—

Continuará...

- Lissbeth SM.

LA PRINCESA DE LAS ROSAS Where stories live. Discover now