LA PRINCESA DE LAS ROSAS (Capítulo 18)

750 72 4
                                    

Solté la mano de Isaac y entré corriendo a la florería, encontré a Gina en el suelo, inconsciente, su cabeza sangraba, tenía un golpe en el rostro, papá estaba muy preocupado y Valdor se veía asustado, no preocupado, ¿por qué carajo se veía asustado? ¿Y por qué Gina tenía un golpe en el rostro?

-Gina, Gina, ¿qué carajos pasó, Valdor? ¿Qué rayos le hiciste a mi hermana?-

-Yo no le hice nada, te juro que solo estábamos bailando y de pronto se sintió mal y al caer se hizo esos golpes-

-Lava, déjame revisarla, soy médico- dijo Isaac.

Me hice a un lado, veía a Isaac revisar Gina, yo lloraba pero no dejaba de ver a Valdor, no le creía nada, y eso no iba a quedarse así, iba a llegar al fondo de todo y Valdor me las iba a pagar, si él era el causante de lo que le pasó a Gina me iba a conocer.

-Tiene una contusión muy fuerte, necesito llevarla al hospital para atenderla lo mejor posible, pediré la ambulancia-

Pasados unos 10 minutos la ambulancia llegó, yo no podía dejar de llorar, subieron a Gina, Isaac subió con ellos, -yo voy dijo Valdor-, -ni se te ocurra, te quiero lejos de Gina- dije poniéndole un alto, la ambulancia partió al hospital, papá nos seguía en su auto, tomé a Gina de la mano.

-Ni se te ocurra dejarme sola Gina, sin vos no puedo, no voy a sobrevivir, somos la fuerza de otra por favor no te des por vencida, no me hagas esto, hermanita por favor- supliqué entre lágrimas.

Isaac al ver la escena no hizo otra cosa que abrazarme, lloré, lloré en sus brazos, el me abrazaba fuerte, y acariciaba mi cabello.

Llegamos al hospital bajaron a Gina, Isaac dio instrucciones, llegaron a emergencias pero no me dejaron pasar.

-Tranquila Lava, yo voy a cuidar de ella- dijo Isaac.

-¿Lo prometes?-

-Lo prometo-

Papá entró muy preocupado, en cuanto me vio me abrazó, nos sentamos en la sala de espera, yo no podía dejar de llorar y papá intentaba calmarme.

-Trata de estar tranquila hija-

-Tal vez para muchos sea difícil de entender, pero lo que hay entre ella y yo es algo más que una amistad, es una hermandad, ¡somos hermanas! Sin haber nacido de la misma madre, no nos juzgamos, no nos atacamos, nos cuidamos, nos apoyamos, nos amamos-

-Yo lo sé hija, solo no quiero que te pongas mal, Gina estará bien-

-Ustedes son la única familia que tengo, papá-

Habían pasado ya varías horas, cuando salió Isaac, corrí hacía él.

-Gina está bien, solo fue una contusión, ya está en su habitación, pueden verla un momento y luego deben ir a descansar- dijo.

Entramos a la habitación, Gina estaba dormida, papá la vio, y respiró al igual que yo.

-Solo puede quedarse uno de ustedes a cuidarla, aunque yo recomendaría que vayan los dos a descansar, ella no va despertar en toda la noche-

-Papá por favor ve a descansar yo cuidaré de ella, y mañana temprano vienes a relevarme ¿si?-

-Hija no me iré tranquilo dejándolas solas-

-No se preocupe señor, yo me quedo con ellas y las cuido, vaya a descansar-

Papá accedió y salió de la habitación.

-No es necesario que te quedes, ve a descansar- le dije a Isaac.

-Lava, se que nos acabamos de conocer, y no entiendo porque sos así, tan desconfiada, tus motivos has de tener, pero quiero que sepas que yo no voy a lastimarte, yo no soy como los demás- dijo.

Después yo entendería que la miel se vuelve hiel.

No dije nada, me senté en el sofá, él se sentó a mi lado, hacía frío, así que Isaac me abrazó, no se en qué momento me recosté sobre sus piernas y me quedé dormida.

ISAAC

Lava se quedó dormida sobre mis piernas, se veía tan llena de paz, ella me llenaba de luz, me hacía sentir que yo era capaz de todo, me gustaba su cabello rojo y ondulado, me gustaba su cuerpo, sus labios rojos me ponían nervioso, no era una mujer de revista, pero sin duda alguna era una mujer que quería conocer, la conexión que sentía con ella era única, solo la había sentido con aquella niña, pero Lava es una mujer y al ver sus labios rojos, sentí unos deseos enormes por besarle, y...

Continuará...

- Lissbeth SM.

LA PRINCESA DE LAS ROSAS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora