LA PRINCESA DE LAS ROSAS (Capítulo 46)

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—Fue buena idea que saliéramos solo nosotras dos, desde que andas con Tessa te la vives encerrada en su casa, haciendo saber que cosas, ja, ja, ja, ja, ja.—

—Ay por favor Lava, ¿no te mordiste la lengua? Te la vivís encerrada en tu cuarto con Isaac, y yo si sé que hacen, se escuchan sus gemidos en todo Carbesh, ja, ja, ja,— dijo Gina.

Habíamos salido a comer, pero lo hicimos como cuando éramos unas jovencitas recién llegadas a Carbesh, pasamos por hamburguesas, papas, gaseosas, y nos íbamos en el auto a estacionarnos en el parque del pino, era un tipo de bosquesito donde podíamos ver la luna  y las estrellas, pero sobretodo respirar aire puro.

Seguíamos riendo, y comiendo, de pronto apareció una pareja, en medio de la nada, lográbamos ver todo gracias a luz de la luna, estaban discutiendo, él la jaloneaba toda, luego la sujetó fuerte, ella intentaba soltarse, hasta que él le dio una bofetada, la chica cayó al suelo.

—¿Viste lo que hizo ese maldito?— dijo Gina muy molesta.

—Si, pero esto lo soluciono ahora mismo, abre la guantera del auto y pásame lo que hay ahí—

Gina abrió la guantera del auto, sacó el pasamontañas, los guantes, una daga y una rosa, Gina se me quedó viendo fijamente a los ojos.

—Déjame hacerlo a mí, por favor confía en mí, te prometo que esta vez no cometeré un solo error— dijo.

—No, vos no tenés la fuerza de Patrick para dominar a ese maldito abusador— respondí.

En ese momento el tipo pateó a la chica.

—No, no tengo a Patrick, pero me tengo a mí—respondió Gina, poniéndose el pasamontañas, los guantes y saliendo a toda prisa, no fui tras ella, la observé, llegó hasta donde estaba la pareja, el tipo se le quedó viendo y se fue encima de Gina, me asusté, pero Gina reaccionó rápido, y en el momento que el tipo llegó a ella, le clavó la daga directamente al corazón, el tipo cayó al suelo, la chica empezó a gritar, Gina sacó la rosa y se la incrustó en la herida que le hizo en el corazón, salió corriendo hacía el auto, y la chica salió corriendo pidiendo ayuda, en lado opuesto al nuestro.

Gina entró al auto emocionada, muy emocionada, —¿viste eso Lava? Joder, se siente una adrenalina que no puedo explicar; pero debo decir que ahora te entiendo más, y quiero seguir haciéndolo.—

—Se lo que se siente ahora vámonos de aquí, que mañana tengo cosas que hacer, y además la policía vendrá pronto y no pueden encontrarnos acá— respondí.

•••

Al día siguiente, salí temprano a trabajar y Gina se fue a la universidad, abrí la florería, para eso de las 8:30 a.m. apreció la señora Carola, hablamos bien todo para las flores de su recepción, seria en una semana y quería solo tulipanes y gerberas, eran las flores favoritas de Aisha, y curiosamente también las mías, me dio su dirección para que fuese a ver el lugar de la recepción y así saber dónde pondría cada arreglo, Carola se despidió de mí, y salió de la florería, justo cuando ella iba saliendo, Dante iba entrando, cuando se paró en la puerta, los rayos del sol lo iluminaban; joder ese cretino, era jodidamente guapo, iba vestido con pantalones de mezclilla, una playera tipo polo blanca, una chaqueta de cuero, y sus lentes oscuros, se veía tan sexy y rudo.

—Buenos días, Lavagirl— dijo.

—Buenos días, Dante, ¿en qué puedo ayudarte?— respondí tajante pero amable.

—Te voy a ser sincero Lava, yo soy un caos, tengo una vida revuelta; y llena de excesos, desde hace algunos años, pero por alguna extraña razón, cuando estoy cerca de vos, siento paz, mucha paz, ¿sabes? Cuando te confundí con gacela y te llevé a casa y me recosté a tu lado, ¡dormí sin tener pesadillas! Y eso hace mucho que no lo lograba, y por alguna extraña razón los días que te veo, duermo, así que vine aquí buscando verte, para encontrar paz.—

Me quedé helada cuando lo escuché, sentí muy bonito lo que dijo, pero no lograba entender como podía ser que un desastre como yo le daba paz, —Dante, no sé que decir— respondí.

—No digas nada, solo déjame abrazarte por favor—

—Claro— respondí yendo hacía donde estaba él, nos dimos un abrazo fuerte; justo en ese momento, entró Isaac.

—Pero que bonita escena, ¿ya andan?— dijo Isaac.

—No le faltes el respeto a la mujer que amas, solo por celos; mejor cuídala porque al menos yo, si la quiero conmigo, gracias por todo Lava, buen día— dijo Dante, saliendo de la florería.

—Soy un estúpido, ¿desde cuándo hablas con él? Y yo creyendo que era el único en tu vida, que idiota soy, no puedo creer que yo dejé de hablar con más chicas y estaba solo con vos, ¡ah, que estúpido soy!— reclamó Isaac.

—¿Qué te pasa Isaac, ¿por qué me reclamas? Para empezar vos y yo no somos novios, no te debo explicaciones, pero te diré, yo no hablo con nadie más, ni salgo con nadie más, es más, nunca había estado con nadie antes de vos, yo no había amado a nadie hasta que llegaste, he sido tuya solo tuya, Dante es un conocido, que puede llegar a ser un buen amigo, nada más, pero yo solo tengo ojos para vos, ¿te quedó claro?— dije.

No respondió, solo se acercó a mí me besó, me llevó atrás del mostrador, me recostó sobre él, —Isaac, pueden vernos—, dije.

—Nadie vendrá, y necesito estar dentro de vos, sentirte, escucharte gemir, llenarte de mí, ¡necesito sentirte mía!— dijo mientras levantaba mi vestido.

Hizo de lado mi ropa interior y entro en mí de golpe, los dos gemimos; me recosté sobre el mostrador, me embestia con fuerza, me dio una nalgada, estábamos perdidos en la excitación y el placer, me tomó le cabello me jalo con fuerza y empujo rápido, ¡jodeeeeer! Los dos explotamos en el que puedo jurar fue el mejor orgasmo de mi vida.

Mis piernas quedaron temblando, —me encantas— dijo Isaac besándome, y saliendo de mí.

—Buenos días señorita Barshá, ¿podemos hablar?— dijo el papá de Isaac entrando en la florería.

Continuará...

- Lissbeth SM.

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