LA PRINCESA DE LAS ROSAS (Capítulo 13)

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Jamás voy a olvidar esa noche y el día después de esa noche, el embarazo ya había llegado a término, ese día me dejaron ver a Gina, después de casi ocho meses de no verla, en cuanto Gina me vio se asustó, intentó disimular pero yo lo noté, supongo que era normal, tenía el abdomen grande por el embarazo, tenía ojeras, estaba pálida, y ni siquiera me peinaba.

—Te ves preciosa, te extrañaba tanto— dijo mientras me abrazaba.

—No me mientas, no veo preciosa, pero yo también te extrañaba— dije.

Las dos lloramos, Gina estaba llena de moretones, no quise preguntarle pero podía imaginar que Sonia la estaba maltratando, se veía triste, retraída, el mostrato de Sonia estaba haciendo efecto.

—¿En qué piensas?— preguntó Gina sacándome de mis pensamientos.

—En este niño que traeré al mundo, no lo quiero, no lo deseo, y no quiero ser una mala madre como lo es mamá—

—Larislava, quiero preguntarte algo, pero no sé que como hacerlo—

—Dilo, solo dilo Gina, sos mi mejor amiga, nos contamos todo ¿no?—

—¿Quién es Emily?—

—¿Por qué me preguntas eso Gina?—

—Porque escuché a tu mamá hablar con mi tía, y le dijo que estás poseída, y que en cuanto tengas al bebé ella te va meter a un manicomio y que ella y don Rubén criaran juntos a tu hijo, deberíamos irnos el señor Barshá me ha estado llevando tu dinero y ya hay suficiente para salir de aquí—

—¿Qué, por qué al manicomio? Mira Gina te seré sincera no es solo Emily, sino también está Patrick, pero a él lo he escuchado una sola vez, él no se ha apoderado de mi cuerpo, es que no se como explicarte, pero Emily toma mi cuerpo y me defiende de mamá—

—Pues no se que sea, pero entonces amo a Emily y también quiero una Emily para mí— dijo muy emocionada, con los ojos llenos de lágrimas.

En ese instante empezó a llover muy fuerte, era demasiado fuerte, en ese momento entró Sonia y mamá a la habitación.

—Nos quedaremos a dormir acá Gina, la tormenta es muy fuerte y es peligroso que regresemos a casa, así que nos quedaremos acá—

—Señora Peonía, ¿podría quedarme a dormir con Larislava?—

—Por favor mamá, di que si— supliqué.

—Bueno, bueno, pueden dormir juntas pero no pienso soltar a Larislava—

Gina y yo sonreímos, Gina me abrazó.

De pronto el cielo se iluminó, luego un rayo cayó, todas las luces se apagaron.

—Lo que faltaba, vamos por velas— dijo mamá.

Llevaron velas a mí habitación, yo me sentía cansada, avanzada la noche, Gina se metió a la cama conmigo y nos quedamos dormidas.

•••

Marzo 22, 2:47 a.m.

Me despertaron los dolores extremadamente fuertes que sentía en el estómago y la parte baja de la espalda, no sabía que pasaba no entendía, desperté a Gina y en cuanto ella me escuchó quejándose se asustó, —quítame el edredón de encima Gina, creo que me hice pipí, siento que todo esta mojado—

Gina se asustó mucho, salió corriendo a buscar a mamá, mamá llegó lo más rápido posible en compañía de Sonia.

—Está en labor de parto, llamaré una ambulancia— dijo Sonia.

—No, nadie puede verla, me harían muchas preguntas, yo atenderé el parto y vos ayudarme, solo le hablaré a Don Rubén, él es el feliz papá, y debe estar en el nacimiento de su hijo—

—Aaaaaah, no lo quiero aquí mamáááááá— el dolor era insoportable.

Mamá hizo caso omiso y llamó a Don Rubén, yo lloraba a gritos, era demasiado dolor.

Mamá quitó mis bragas separó mis piernas, introdujo sus dedos, hay aproximadamente 6 de dilatación, dijo, Gina veía totalmente asustada, yo tenía tanto miedo; el dolor era cada vez más insoportable.

—Quien diría que tu hijo sería tu regalo de 15, faltan solo 4 meses para tus 15— dijo mamá en tono de burla.

Don Rubén llegó totalmente mojado por la tormenta; y con un enorme ramo de rosas para mí, con lo que odio yo las rosas, entonces mamá mandó a Sonia a encerrar a Gina a la otra habitación.

—Mamita por favor sueltame las manos, aaaaaaaaaaah— supliqué.

—Yo te suelto princesa dijo— Don Rubén, empezando a soltarme, me daba asco tenerlo cerca.

De pronto el dolor era insoportable, ya no podía más.

—Puja Larislava, Puja— gritó mamá.

—Aaaaaaaaah, mamá, aaaaaaah—

—No dejes de pujar, ya casi, pujaaaaaa—

Puje muy fuerte, sentí algo salir de mí.

—Es una niña, pero no llora dijo mamá—

Es lo último que recuerdo, me desvanecía, cuando abrí los ojos ya había amanecido; mamá me observaba dormir, Don Rubén lloraba,—¿Qué pasó?— Pregunté, me sentía tan casada y me dolía todo.

—Que no servís para nada, la niña nació muerta, Sonia se ha ido a enterrarla— respondió mamá.

Sentí un dolor en el pecho pero a la vez un gran alivio, no sería madre.

Don Rubén se acercó a mí —No te preocupes princesa, tendremos otro hijo—, en ese momento sentí furia y Emily apareció, sobre la cama habían unas tijeras las tomé.

—Maldito viejo cerdo— dije cortándole el brazo con las tijeras, Don Rubén muy molesto saltó sobre mí, —ahora sí me las vas a pagar, chamaca tonta— dijo don Rubén.

—Dele su merecido, enséñele quien manda— dijo mamá.

—Paaaaaaaaaaatrick, te necesitamos
— grité.

Continuará...

- Lissbeth SM.

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