LA PRINCESA DE LAS ROSAS (Capítulo 19)

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ISAAC

No podía dejar de ver su rostro mientras dormía, no podía dejar de acariciar su cabello, su cabello olía a naranja y mandarinas, otra vez volví a sentir el impulso de besarla, así que toqué sus labios con las yemas de mis dedos, y en ese instante despertó dando gritos y temblando.

—Suelteme, no me toque maldito viejo cerdo—

—Lava, ¿qué pasa? Tranquila—

—Oh, Isaac, perdón es que tenía pesadillas—

—¿Son muy recurrentes esas pesadillas?—

—No, no lo son, ¿sabes? Pensándolo bien, si me iré a dormir a casa, vendré a primera hora a ver a Gina— salí casi corriendo de la habitación e Isaac fue detrás de mí.

—Lava, Lava espera, no quise incomodarte, no tenés que irte—

—Tranquilo Isaac, esto no tiene que ver con vos, yo siempre huyo—

—Yo también suelo huir o hacer que las personas que alejen de mí, Lava—

—Pues entonces huye, huye de mí, es lo mejor que podés hacer— dije saliendo del hospital, no volteé a verlo.

—Al menos deja que te lleve—

—¡Qué no Isaac, buenas noches!—

Salí de ahí lo más rápido posible caminé a casa.

A LA MAÑANA SIGUIENTE, EN CASA DE LAVA

«Hoy amanecemos con la noticia de que el asesino de las rosas ha cobrado otra vida, pero esta vez hubo un testigo, al parecer un hombre intentaba abusar de la testigo y según la testigo, en medio de la oscuridad apareció un hombre que la ayudó, pero que no logró verle el rostro, el hoy occiso era Daniel Plas de 21 años, ya antes acusado de abuso, fue encontrado con varias puñaladas en el cuerpo y como ya es de costumbre, un rosa sembrada en el corazón».

—Papá, sos igual que Gina, ¿por qué les gusta ver esas noticias tan amarillistas?—

—Lava, ¿a qué hora llegaste? Apenas son las 6:12 a.m. y ya andas bañada y arreglada, ¿a dónde vas?—

—Llgué temprano papá, y pues voy a la florería y luego a ver a Gina, necesito que me diga que le pasó—

—Perfecto, déjame tomar un baño y te acompaño—

—Papá, hagamos algo, si vas a verla, ella se sentirá mal y no querrá decirme nada, ¿por qué no te quedas acá y nos preparas ese caldito de pollo que nos encanta? Y así recibes a Gina con mucho amor—

—Me me parece una excelente idea, yo las espero—

Me despedí de papá, salí rápido hacía la florería para darle instrucciones a Regina, entré casi corriendo, le dije que hiciera, como lo hiciera.

—Que bonita te ves toda apresurada—

—Isaac, ¿qué haces acá? Ah, sí el arreglo para tu ex, pedíselo a Regina ella te atenderá, tengo prisa, voy al hospital a ver a Gina—

—Ya no quiero las rosas para mi ex, vine para que hablemos, y pues no se donde vivís, déjame llevarte al hospital, ¿sí?—

—No tenemos nada que hablar, y no te preocupes me voy en taxi al hospital—

—Lava por favor, somos amigos—

—Yo no tengo amigos—

—Si de eso ya pude darme cuenta, pero yo quiero ser tu amigo, déjame llevarte al hospital—

No dije nada, solo caminé hacía su auto, él me abrió la puerta, subí, no hablé en todo el camino, ni volteé a verle, él tampoco intentó hablarme, parece que entendió que no quería hablar.

Llegamos al hospital, el bajó, abrió la puerta para mí, bajé rápido del auto y chocamos, su boca y mi boca quedaron demasiado cerca, nunca tuve a un hombre así de cerca por voluntad propia, y que en lugar de tener miedo, sintiera deseos de que me dieran mi primer beso.

Pero por algún motivo me puse nerviosa, y lo esquivé.

—Gracias por traerme— dije entrando al hospital a toda prisa.

Me dirigí hacía la habitación de Gina, la encontré despierta, en cuanto me vio entrar bajó la mirada, corrí a abrazarla.

—No vuelvas a asustarme de esta manera, si algo te pasa, no se que haría, ¿Valdor te hizo esto, verdad?—

Gina empezó a llorar, —no, él sería incapaz de hacerme daño, yo me sentí mal y me caí—

—¿Entonces por qué lloras? ¿Vas a mentirme a mí, Gina?—

—Es que él está arrepentido, solo fue un accidente, te lo juro Larislava, él no es así—

—¡Jodeeeeeeer Gina, el tipo te golpea y lo estás justificando, y soy Lava, puta madre!—

—Perdón Lava, no lo justifico es que es la verdad, yo soy torpe, le tiré refresco encima y él sin darse cuenta me golpeó mientras se limpiaba—

—¿Es en serio? ¿Tan mal estás por ese tipo?—

—Lo amo, por favor entiendeme—

—Y yo lo odio, lo odio tanto, ya vístete te voy a llevar a casa, papá espera por nosotras, le daré una sola oportunidad más a Valdor, pero se la daré por vos, pero te juro Gina, que si te vuelve a hacer algo voy a hacer que se arrepienta—

Salimos del hospital a toda prisa, no quería ver a Isaac, pedí un taxi, llegamos a casa y al entrar...

Continuará...

- Lissbeth SM.

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