LA PRINCESA DE LAS ROSAS (Capítulo 41)

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Papá corrió, golpeó al papá de Isaac, yo vi a Gina y ella entendió todo, Isaac me tomó entre sus brazos mientras me desangraba, su papá acababa de apuñalarme frente a sus ojos, intentó cargarme, —no me toques— grité con lágrimas en los ojos, papá corrió a abrazarme, —no cierres los ojos hija, ya pedí una ambulancia, y llamé a la policía, por favor no te duermas— suplicaba papá.

Llegó la policía y esposaron al papá de Isaac, llegaron los paramédicos, me pusieron en la camilla, e Isaac iba conmigo, —no, no te quiero cerca de mí, ve con tu papá, aquí no hay nada que te importe— dije con dificultad, papá subió conmigo a la ambulancia, los alcanzo en el hospital, iré tras ustedes en el auto— dijo Gina.

GINA

En cuanto Lava me vio a los ojos, supe lo que tenía que hacer, era más que obvio que ella llegó corriendo, el auto seguramente estaba frente a la casa del detective, así que en cuanto se fueron salí corriendo por la ventana, y me dirigí al lugar, ahí encontré el auto, saqué mi copia de la llave, y me llevé el auto al escondite, luego me dirigí al hospital.

ISAAC

Iba con papá en la patrulla, pero mis pensamientos estaban con Lava y todo lo que me dijo, era más que evidente que la había lastimado al decirle que yo no sentía nada por ella, tenía miedo, mi propio padre acababa de hacerle daño sin motivo alguno y ni siquiera pude defenderla.

DANTE

Estaba viendo una película con Tessa cuando recibió una llamada, se puso intranquila, colgó, tomó su bolso, —tengo que irme— dijo muy angustiada.

—¿Qué pasa?— Pregunté.

—Hirieron con arma blanca a Lava, la hermana de Gina— dijo.

En el momento en el que me dijo eso, sentí algo en el pecho, esa mujer me gustaba, pero no podía acompañar a Tessa no era del agrado de Lava, y debía respetar eso.

LAVA

Entré al hospital acompañada de papá, afortunadamente la herida no fue grave, me suturaron y me dieron de alta, no acepté ver a Isaac en algunos días, y como muestra de bondad no levanté cargos contra el detective.

•••

UN MES DESPUÉS

Papá ya había regresado a casa después de ver que ya me había repuesto totalmente, y Gina tenía un viaje universitario al que iría con Tessa, así que después de un arduo día de trabajo, conduje a casa, llegué, me desvestí, me metí a la tina con agua muy fría, me sentía totalmente relajada, salí de la tina, sequé mi cuerpo, le puse crema, cepillé mi cabello, me puse una bata, cuando tocaron a la puerta, se me hizo extraño, fui sigilosamente a abrir, apareció frente a mí Isaac, con 2 girasoles, una botella de vino, y sushi, intenté cerrar la puerta, me detuvo.

—Llevo un mes buscándote, no has contestado mis mensajes, mis llamadas después de todo lo que pasó, ¿podemos cenar y hablar?—

—Pasa.— respondí.

Entró, me dio los girasoles, intentó saludarme con un beso, lo esquivé, se sentó, traje copas, puse los girasoles en agua, me senté a la mesa con él, empezamos a comer en silencio, hasta que el rompió el hielo.

—Te extraño, ¿por qué te alejaste de mí?— Preguntó.

—Fui muy clara al decírtelo Isaac, yo creo que empezaba a sentir cosas por vos, y con tu reacción y respuesta supe que debía alejarme mientras aclaraba mis sentimientos— respondí.

—Me molesta, me frustra esta situación, porque yo no creo sentir cosas, no creo estar enamorado, ¡yo si me enamoré de vos, yo estoy enamorado— dijo.

Por un instante sentí que el corazón se me detuvo, me puse de pie, sentía el cuerpo totalmente paralizado, no podía creerlo un hombre como él había puesto los ojos en mí, —¿estás enamorado de mí y fuiste capaz de decirme que no sentías nada y que era un error si yo lo sentía?— Pregunté, con lágrimas en los ojos.

El se puso de pie, caminó hacía mí, —por favor entiendeme, tenía miedo, mucho miedo, tengo miedo, pero te quiero Lava; yo te quiero— dijo.

—Yo también te quiero, no sabes cuanto respondí.—

Se acercó más a mí, y nos besamos; bajo sus manos por mi espalda, luego fue hasta los listones de mi bata, y la soltó, dejándola caer al suelo, quedé parada frente él totalmente desnuda.

Continuará...

- Lissbeth SM.

LA PRINCESA DE LAS ROSAS Where stories live. Discover now