LA PRINCESA DE LAS ROSAS (Capítulo 62)

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—Conocí a Sara por una amiga, me dejó boquiabierto en cuanto la vi, era una mujer preciosa físicamente, alta, delgada, un cuerpo bien formado, blanca, cabello negro, inteligente, en verdad era una mujer espectacular, es de esas mujeres que te hacen voltear a verlas por su físico, empezamos a salir, hicimos clic una semanas después, le pedí que fuera mi novia, ella aceptó encantada, empezamos una relación llena de superficialidades, viajes, cruceros, ópera, fiestas, joyas, vestidos, Sara era feliz con un vestido de marca y una garantía de oro en su cuello, y yo era feliz viéndola feliz, la amé, la amé muchísimo Lava, imaginé mi vida con ella, quise poner el mundo a sus pies, y ella solo pisoteo mi mundo.

Le propuse matrimonio dos años después de iniciada nuestra relación, me sentí el hombre más afortunado del mundo, cuando me dijo que sí, ella gritaba de la felicidad, lo hice en medio de una reunión familiar, mis padres no estaban para nada felices, Sara nunca fue del agrado de mis padres y de Tessa menos, Tessa siempre la odió, decía que era una mosca muerta, y yo siempre defendí a Sara, empezaron los preparativos de la boda, Sara elegió lo más costoso que encontró y ya la complací en todo, yo solo quería que fuese feliz, y no le decía que no a nada material, nunca vi sus intenciones, la noche anterior a la boda, nos vimos, hicimos el amor Lava, ¡Sara me hizo el amor! La sentí más mía que nunca, llegó el día de la boda, y me paré en esa iglesia, frente a todos nuestros amigos y familia, utilizando ese traje estúpido que ella había elegido, pero...—

En ese momento los ojos de Dante se llenaron de lágrimas, se le quebró la voz, así que lo tomé de la mano, —tranquilo, no tenés que decirme, si te lastima recordarlo— dije.

Dante inhaló, se acercó a mí, y me dio un dulce beso, yo correspondí, —ya tengo paz para continuar— dijo.

Yo sonreí y lo tomé de la mano.

—Esperé por más de 3 horas parado frente a todos con la frente en alto, tenía pánico a moverme de ahí, sabía que si me movía estaba dando por hecho que Sara no llegaría, y no podía con eso, era una realidad demasiado dolorosa para mí, no podía aceptar que la mujer que amaba me hubiese dejado ahí, luego el temor se apoderó de mí, pensé lo peor, que le habían hecho daño, que había tenido un accidente, Sara me amaba, me lo había demostrado, ella jamás me haría algo así, salí corriendo de la iglesia, Tessa fue conmigo, me dirigí al departamento de Sara, yo tenía llave, entramos al departamento, el vestido de novia de Sara, estaba sobre la cama, pensé lo peor, entré al baño a buscarla, no estaba, estaba desesperando, hasta que Tessa fue a su guardarropa y no había nada, entonces lo supe, fui hacía el vestido de novia, encima había una carta, me aprendí de memoria lo que decía, porque me juré nunca más amar tanto a alguien como para dejarla herirme así... «Querido Dante: Lamento no poder llegar a nuestra cita de hoy, no creas que fue falta de amor, no, puedo decirte que lograste despertar en mí cierto sentimiento especial por vos, pero jamás he dejado que mis sentimientos se interpongan con mis metas, me cautivaste cuando te conocí, pero ya no es suficiente, no me busques, no creas que estoy mal, no, simplemente no me veo deformando mi cuerpo con un embarazo, ni siendo una esposa abnegada, yo nací para disfrutar, para ser consentida, para que me llenen de lujos y joyas, gracias por estos años en los que fuimos uno, pero he encontrado a mi nuevo uno, y me voy con él, espero no lo tomes a mal, con amor Sara.» me volví loco Lava, destrocé aquel departamento con mis manos, por más de 7 años me sumergí en el trabajo, el alcohol; sexo y cualquier clase de exceso, me juré nunca volver a dar amor, a nadie, juré nunca más dejar que alguien más entrara, pero entonces me topé con una pequeña gacela, en medio de la nada, y ella entró sin que yo me diera cuenta, y ella me trajo de vuelta la paz que Sara me robó, llegaste vos y volví a la vida, Lava.—

Para ese momento Dante lloraba; y yo con él, no pude hacer nada más que abrazarlo, lo abracé fuerte, —no sé porque es que yo logro darte paz, pero mientras yo esté esa paz no te va faltar— dije.

Dante se acercó a mí, me vio a los ojos y por primera vez lo dejé que me besara lento, con ternura y correspondí a ese beso, besarlo dolió, porque eso significaba borrar todas las huellas que había de Isaac en mí, pero ¿para qué quería conservar las huellas de un tripulante de paso?

—Tenía 8 o 9 años cuando Emily apareció por primera vez, en ese momento no tuve idea de que era ella, pensé que había sido yo, tiempo después comprendí que había sido Emily la que había asesinado al pastor Kendhell, cuando lo encontré tratando de abusar de Gina, desde entonces Emily no me ha abandonado, si Dante yo asesiné a ese maldito, ahora lo sabes, ya puedes alejarte de mí.— dije, bajando la mirada.

Dante levantó mi rostro, sonrió —Nunca vuelvas a bajar la mirada pequeño tomatito cherry, es más sino lo hubieses asesinado vos, lo iba a buscar yo para asesinarlo con mis propias manos— dijo sonriendo.

Justo íbamos a besarnos, cuando entraron Gina y Tessa, muy sonrientes.

—Oh Lava, estás aquí, acabamos de dejar a papá en casa y pues solo queríamos invitar a Dante a que fuera a cenar, porque queremos informarles que vamos a vivir juntas y además te tengo una sorpresa— dijo Gina.

Me le quedé viendo y la abracé, —amo verte feliz, amo ver esta sonrisa en tu rostro, no quiero que por ningún motivo dejes que nadie vuelva apagarte la alegría, y por favor se feliz, muy feliz como lo estas siendo hoy— dije.

Gina empezó a llorar; me abrazo, —Lava me salvaste la vida, y lo seguís haciendo, por favor nunca cambies solo porque los demás creen que no encajas en este mundo, son unos idiotas, ¿cómo vas a encajar en un mundo de humanos idiotas cuando sos una diosa bajada de luna? Siempre, escúchame bien, siempre voy a cuidarte, y amarte por sobre todo y todos, recuerda, juntas hasta el manicomio o el cementerio, lo que llegue primero— dijo Gina.

—Nos iremos adelantando a su casa, nos vemos allá— dijo Tessa.

—Gracias por hacerla tan feliz— dije.

—No Lava, es ella quien me hace feliz— respondió.

Salieron, esperé a que Dante tomara un baño, se vistiera, estábamos subiendo al auto cuanto mi celular empezó a timbrar era papá.

—Hola papá, ya vamos para allá— dije.

—Lava no, soy Isaac—

—¿Qué carajos haces con el celular de mi papá?—

—Lava escúchame, tengo algo que decirte, es Gina, tenés que venir cuanto antes— dijo.

El cuerpo empezó a temblarme, Dante condujo a toda prisa, llegamos, afuera de mi casa estaban las patrullas estacionadas, estaba Isaac, Tessa daba gritos y papá, lloraba, todo estaba rodeado con cintas amarillas.

Me bajé corriendo, llegué hasta el lugar, encontré a Gina en un charco de sangre, con un cuchillo y una rosa roja en el estómago, agonizaba.

—Gina, no, no, no, no, ¿quién te hizo esto? Gina no por favor hermana, lucha, si te vas te juro que me voy con vos, Gina, por favor, Gina, pidan una ambulancia joder.—

Isaac me hizo una señal de que era inútil, abracé a Gina, —te amo tanto Larislava, pero no podés irte conmigo, ahora tenés por quien vivir— dijo Gina tocando mi rostro con su mano llena de sangre, —Gina por favor, hermanita, no me dejes, siempre juntas ¿recuerdas? Por favor, decime ¿quién te hizo esto?— dije entre, lágrimas.

—Fue pe, pe, pe...— dijo Gina, y en ese momento se le fue la vida, me habían arrebatado a Gina, a mi niña chiquita.

—¡Noooooooo, Ginaaaaaaaaaaaa!— grité.

Isaac intentó abrazarme, no lo dejé, entonces susurré, —Lu, es tu momento.—

ISAAC

En el momento en el que Gina perdió la vida, todos los ahí presentes sentimos el dolor de Lava, intenté abrazarla, no me dejó, bajo el rostro, susurró algo que no alcancé a escuchar, se puso de pie, levantó las manos al cielo, y entonces fuimos de testigos de algo que no logramos entender, —Es mi momento— gritó Lava, el cielo se tornó oscuro, la oscuridad inundó Carbesh, empezaron los truenos y relámpagos, un diluvio se desató, los ojos de Lava estaban totalmente rojos, y su mirada era otra, podría jurar que era Lava quien estaba provocando todo aquel cambio climático, parecía que Lava estaba haciendo que el cielo llorara la muerte de Gina.

Continuará...

- Lissbeth SM.

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