Capítulo 35

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Llegué rápido, eh, eh 7u7

Capítulo corto y dramático como la Rosa de Guadalupe pero La Rosa de Kelly. O Kelly la desgraciada, pobrecita JAJAJJA

Canción en multimedia hiper mega especial porque la amo mucho:

Rock Bottom —Hailee diosa Steinfield


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Capítulo 35

El lado triste de la vida


El caos apenas estaba comenzando.

Las voces en el auditorio continuaban ofendiendo, reclamando, culpando.

Mis pies no reaccionaban, parecían pegados al piso. Busqué con la vista algo de ayuda, pero nada. Todos estaban en su propia burbuja de cotilleo, susurrando y murmurando. A Chris no se le vía por ninguna parte, supuse que estaría llorando en algún rincón de la escuela. Tanto él como Shawn habían sido atacados. Su privacidad había sido violada.

La fuerza se apoderó de mi cuerpo, así que me levanté y miré a mi alrededor; era como observar un hormiguero desatado por la luz que se refleja a través de una lupa bajo el sol candente. 

En medio del escenario vi a Gabriel dando vueltas, realmente desubicado. Sentí lástima por él, todo su trabajo se había ido al caño por un miserable despiadado, ¿qué pensarían los representantes del Departamento? Esperaba que tuvieran consideración y no tomaran decisiones que afectaran a la escuela o...a papá.

Me obligué a no pensar en eso.

Los ojos verdes de Gabe se encontraron con los míos, entonces, desde mi lugar, hice una mueca de disculpa. Asintió con expresión comprensiva. Tomando eso como un permiso, salí en busca de mis dos mejores amigos.

Afuera en el pasillo habitaba un silencio pesado. La mayoría de los estudiantes estaban en el auditorio, y los pocos que no, yacían en sus propias actividades recreativas en las demás áreas de la escuela. 

Caminé, caminé y caminé, fue entonces cuando percibí gritos, berreos, respingos. Di la vuelta a la esquina y ahí estaban Chris, Shawn y Alaska.

—¡No me toques, Shawn, no me toques!

—Alaska, por favor, necesito que me escuches...

—Alaska, hazle caso. Él te explicará tod...—Chris intervino, pero Shawn, en un nube de furia, le gritó en el rostro.

No me iré hasta que te enamoresOnde histórias criam vida. Descubra agora