Capítulo 24

49 14 58
                                    

No tenía pensado publicar hoy, así que esto tiene una razón y es que ¡Llegamos a las 2k visitas! Es emocionante y lindo ver cómo de a poco vamos creciendo. Gracias por leerme. Los adoro un mundo.

Capítulo dedicado a LeyMaxwell por ser mi amiga de Wattpad y hablarme de cuánto le gustan las matemáticas💙

Canción súper especial en la multimedia, escúchenla y siéntanla conmigo.

Like Strangers Do —AJ Mitchell.

—A ver, tengo una buena: ¿Cuál es tu hora favorita del día y por qué? —Le di una mordida a mi pretzel

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


—A ver, tengo una buena: ¿Cuál es tu hora favorita del día y por qué? —Le di una mordida a mi pretzel.

Miró el cielo oscuro sobre nosotros, retrasando su contestación como el dramático que era.

—Tres y quince a.m.

Fruncí el ceño. No fue la respuesta más común.

—¿Qué? ¿Esperaste que dijera las once y once p.m? —inquirió Gabriel con burla.

—¡Pues sí! Es la hora favorita de todos. Eres extraño.

—Soy poco convencional, más respeto a tus superiores —demandó, devolviendo su mirada a mi rostro—. Me gusta esa hora porque es el punto en el que el cielo está más oscuro y las estrellas más brillantes. ¿No lo has notado?

Sacudí mi cabeza en negación.

La pista ya había cerrado sus instalaciones. Luego de darle las gracias a Tom y verlo irse de la mano con su novio Mike, mi acompañante y yo decidimos dar un paseo nocturno, que terminó en sentarnos sobre los bordes de una fuente en la plaza del centro de la ciudad y comer unos aperitivos que fueron de mi parte.

—Te falta vivir un poco, pequeña —Con la cuchara de plástico tomó una fresa con crema y se la llevó a los labios. Los lamió quitándose los restos.

—Eso es un eufemismo —opiné, él me miró de reojo, aunque asintió dándome la razón.

—Qué graciosa palabra. Eufemismo...—saboreó las letras antes de soltar una carcajada corta— ¿Cuál es tu palabra favorita?

No tuve que pensarlo mucho, pues ya lo tenía decidido con antelación.

—Corazonada.—Una pareja que se tomaba de las manos pasó a nuestro lado sin percatarse siquiera de los dos pares de ojos que los seguían.

—Va contigo —percibió que no entendí a qué se refería, así que procedió a explicar—. Con toda esa aura de positivismo inagotable e infantil que emana de ti.

Hice un mohín.

—Las corazonadas no son sinónimo de buen augurio —me encogí de hombros, terminando el pretzel—. Hay corazonadas negativas. Lo bueno dentro de lo malo, y viceversa.

No me iré hasta que te enamoresWhere stories live. Discover now