Capítulo 18

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Capítulo dedicado a cataclismodeletras por ser una genio, por regalarme una historia hermosa como lo es "Nuestras tardes en la Sex Shop" -espacio abierto para spam- y por ser más que una lectora, una amiga. Te quiero infinito🚀🌙

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En ese momento, como en ningún otro, estaba cuestionando en quién depositaba mi confianza

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En ese momento, como en ningún otro, estaba cuestionando en quién depositaba mi confianza.

Después del descubrimiento, mi mente había estado en otra parte, muy lejos de la realidad a la que pertenecía.

Caminaba por los corredores de forma autómata, y no respondía a las preguntas que me hacía Shawn. Alaska se veía en un mejor estado que yo, pero igual notaba la ligera palidez de su rostro.

Todo era muy extraño e inquietante; y aún peor, se escapaba de nuestras manos.

Era un hecho. Addison estaba muerta. Esa chica a la que le habíamos intentado seguir la pista estaba muerta, y no entendía cómo, ni por qué.

¿A eso se había referido la madre de Kit cuando dijo «Lo que pasó con Addison»? Sí, eso debía ser. Addison era alguien importante para Kit, y ella se había ido. Solo necesitaba saber qué tan importante.

¿Sería su hermana? ¿Alguna familiar? Era una posibilidad, pero eso solo me llevaba al segundo punto de todo este entramado: ¿En qué se conectaban Amanda y Cass? ¿Y a quién querían «hacer caer»?

Y por último ¿Lo que Gabriel tanto me advertía, y las amenazas en la fotografía también tenían que ver con todo aquello?

Dios, ¿En qué momento se había complicado tanto mi vida?

¿En quién debía confiar y en quién no? ¿Gabriel? ¿Kit? ¿Amanda?

-¿Hoy veremos la pelea? Escuché que Tyson le romperá el culo a Manie en el ring y muero por ganar la apuesta, porque así tendrán que limpiar mi motocicleta y dejarla relucie...¿Qué demonios les pasa a ustedes dos? -Shawn se detuvo en seco, y sacudió sus manos delante de nuestros rostros- Pareciera que hubieran visto un fantasma.

«Es algo parecido»

-Sí, ¿Qué nos pasa, Alas? -pregunté, con la vista perdida, incapaz de prestar real atención a lo que ocurría en mi rededor.

-Tenemos la menstruación -respondió ella, mirándose con mucha atención las uñas. Supuse que estaba admirando el color magenta de ellas.

Shawn se quedó sin qué decir. Sentí su mirada sobre las dos, bajó las manos, y frunció los labios. Casi quise reír, de no ser porque aún las palabras «Addison, muerta» retumbaban como un eco.

No conocía a esa chica, ni sabía qué le había sucedido, pero un extraño sentimiento de tristeza y lástima me recorría el pecho.

-¿Al mismo tiempo? -Fue todo lo que dijo el pelinegro, inseguro de sus palabras.

No me iré hasta que te enamoresWhere stories live. Discover now