Capítulo 1

418 45 50
                                    

N/A:

Bienvenidas, personitas hermosas que llegaron aquí por mera casualidad.

Espero les guste y disfruten de esta historia que estoy haciendo con todo el amor que puedo juntar.

Recuerden que es tan solo un borrador y encontrarán errores de dedo y cosas raras, aunque haré todo lo posible para que sea en la menor cantidad.

Los tqm, y ahora sí❤️

Los tqm, y ahora sí❤️

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo 1

Herbalife en la escuela


—Te dije que solo era cuestión de tiempo, Cam -una oleada de satisfacción se extendió por mi pecho. Otro trabajo terminado-, estoy muy feliz por ti...digo, por ustedes.

—¡Yo también! Y todo gracias a ti. Kelly, eres un ángel.—Cam me abrazó con efusividad y no me quedó remedio que corresponderle con la misma emoción-.No sé de veras cómo agradecerte.

—Oh, no, no, absolutamente no. No tienes nada que agradecer. Hacer esto me hace feliz.—No estaba mintiendo.

Yo, Kelly Morgan, era una chica Cupido.

Lo había descubierto a mis 10 años de edad, cuando inexplicablemente fui consciente de mi poder de convencimiento, y logré hacer que Sandy Williams se enamorara del inepto de mi hermano, cosa que, debo destacar, era bastante difícil, pues le gustaba comer plastilina en aquellos momentos.

No le digan que mencioné eso.

Desde ese entonces me había dedicado, a lo largo de los siguientes siete años, a formar y guiar la felicidad amorosa de los hormonales alumnos de la prestigiosa Preston High School. A pesar de que no cobraba ni el más mínimo centavo por mis servicios como casamentera, lo consideraba un trabajo de medio tiempo.

Cam dijo algo acerca de estudiar para un examen, y se esfumó de mi vista revoloteando entre el tumulto de gente que iba y venía por el pasillo principal de la escuela. Negué con la cabeza y sonreí para mí misma.

Era tan extraño pensar que mi tarea en este mundo se basaba en desentrañar y comprender las complicadas mentes adolescentes, por no hablar de los sentimientos, y hacer de ello la más hermosa obra de arte; y sobre todo, lo fácil que esto me resultaba. Excepto por una persona: yo misma.

Me había resignado luego de unos cuantos —muchos— intentos fallidos.

No lo conseguía. No conseguía esa increíble, arrolladora y frenética sensación que tanto describían mis clientes al estar enamorados. En cambio, solo habitaba un sentimiento de cariño y ternura, algo más maternal que otra cosa.

No me iré hasta que te enamoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora