Kelly Morgan tiene asegurada tres cosas: es una chica Cupido, no está lista para enamorarse, y mucho menos para conocer a Kit McAdams.
Cuando la ex novia loca de su hermano mayor, Cassandra, llega a ella para chantajearla con un video que podría ame...
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Capítulo 31
La teoría de las líneas paralela
Kelly Morgan
—Entonces ¿invitarás a Gabriel al Baile?
Antes de contestar, di un salto y golpeé la pelota con mis palmas, el balón cortó el aire mientras pasaba al otro lado de la red y era recibido por Martha Thompson, del equipo contrario.
Giré en dirección a las tres chicas que me miraban expectantes.
—Sí. O eso creo.
—¡Rotación! —vociferó la entrenadora.
Ya en mi nuevo sitio dentro de la cancha, acomodé los cabellos que se escapaban de mi coleta floja.
—¿Por qué solo “lo crees”? Hazlo, no te dirá que no. Además, es tu novio.
Cassandra, con toda la confianza del mundo, hizo rebotar la pelota con sus muñecas, esta llegó al alcance de Amanda y luego al de Alaska, quien se encargó de pasarla al centro del cuadrante.
—Ya lo sé, pero siempre existe ese minúsculo miedo al rechazo —cuestioné yo mientras largaba los brazos hacia abajo para arreglar los shorts que querían incrustarse en un lugar que me incomodaba—. De todas formas, ¿ustedes esperarán a que las inviten?
—Yo sí.
—Yo igual.
—Me uno.
«Cobardes todas»
Sonreí y todas me dieron pulgares arriba en un gesto de apoyo a la distancia.
Ese sábado era el estimado Baile de Primavera. Un recinto repleto de adolescentes sudorosos con olor a fijador; desbordante de sueños, ilusiones, confeti, hormonas y uno que otro tacón roto o vestido rasgado. Prometedor, ¿no es así? Lo que no sabían los que estaban fuera del comité era que colaborar de la manera más insignificante en las actividades de la preparatoria te aseguraba un par de puntos extra dentro de tu expediente escolar.
Si de mí hablamos, lo hacía por mero crecimiento personal. Los puntos no me hacían falta, pero estando dentro del comité podía cerciorarme yo misma de que todo saldría a la perfección. Mis expectativas estaban altísimas, pues la organización del evento completo iba por mi parte. Debía impresionarlos a todos.
