Capítulo 29

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Ay, holi. Sorry por la tardanza. Muchas cosas se me juntaron y bueno, he estado medio despistada.

En fin, espero les guste el capítulo🌱

Vaya, eso de crear tu propia marca y levantar un negocio era algo sumamente complicado

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Vaya, eso de crear tu propia marca y levantar un negocio era algo sumamente complicado.

Lo único que me faltaba para completar mi pack de mujer soltera y empoderada era subir historias en Instagram promocionando cursos para aprender a trabajar desde casa y ganar dinero virtual.

Toda una chica ocupada.

Los dos días siguientes a la aparición de la señal divina que llevaba por nombre Mark, la pasé planeando cómo fundar mi empresa. No hizo falta buscar empleados, pues sin siquiera saberlo, ya tenía a mi propio equipo. Alaska se encargó de las redes sociales, el marketing y otras trivialidades que consideró importantes para el lanzamiento eficaz de una marca; Shawn tomó lugar como mi diseñador gráfico, asegurando saber qué era necesario en la imágen para atraer clientes; Gabriel —como era costumbre— se ofreció para ayudarme a construir el stand en el que tendría que trabajar en mis horas libres entre clase y clase; papá tuvo el oficio más sencillo, tan solo me dio el visto bueno para sacarle el provecho a los ricachones de su escuela. Incluso mamá al final accedió a echarme una mano con la parte monetaria del asunto, no sin antes insistirme en que dejara «mis inventos» y aceptara su dinero.

«Parece que no me conoce»

—Un poco más a la izquierda...—pedí señalando con la mano— ahora a la derecha. Arriba tan solo unos centímetros, inclínalo hacia abajo. ¿Qué tal si lo ponemos en vertical? Sí, así. ¡Oh, ¿qué dicen si cambiamos las letras de rosa a blanco?!

—¡¿Es en serio, Kels?!

Los tres chicos dejaron caer el letrero al suelo, que emitió un estruendo por todo el pasillo. Keith se jaló los cabellos, Shawn apretó el puente de su nariz con los dedos y Gabriel solo me lanzó una mirada llena de paciencia.

Sonreí forzosamente, disculpándome.

—Ahora que lo pienso, creo que se vería muchísimo mejor si fuera circular —reflexionó Aska a mi costado. Me llevé un dedo al mentón. Finalmente asentí.

—Concuerdo.

Los muchachos salieron de la parte posterior del stand para unirse a nosotras dos. Los cinco observamos con detenimiento el puesto, buscando cada mínimo detalle por mejorar.

—A mí me parece que está bien —opinó Keith tras un largo silencio.

—Tal vez unos detalles en negro hubiesen acentuado el dibujo —le siguió Gabe, rascándose la mandíbula.

No me iré hasta que te enamoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora