Kit 1/6

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Doble actualización bc los quiero muchísimo :3

Dedicado a Iamnessy94 porque es de las personas más preciosas que he conocido estos últimos meses🐝

🤸🏻‍♂️

Kit McAdams

[París, Francia.

Hace poco más de cinco meses...]



No estoy bien. No lo estoy. Necesito ayuda. Urgente.

Escucho cómo llaman mi nombre. Se me hace dificultoso reconocerlo, puesto que en el acento francés todo se oye distinto. Alzo la cabeza para detenerme en la joven profesora que me observa con compasión. Al parecer sabe que no entiendo demasiado su idioma. Todos murmuran cosas, entre esas llego a percibir "Estúpido americano".

Solo me queda tragar con dureza el nudo que yace en mi garganta.

-Por favor, atiende a la clase, ¿de acuerdo? Esto irá para el examen -responde en un inglés bastante atropellado. Al menos lo intenta. Es la única que lo intenta.

Más risitas corean el aula. Las ignoro, mientras retrocedo en mi asiento y apoyo la espalda. Tomo un poco de agua de mi botella para avisparme.

Últimamente las cosas en casa van de mal en peor. Quisiera volverme ajeno a todo por unos instantes, tener esa capacidad extraordinaria de resguardarme en mi burbuja y no salir nunca de ella.

Lastimosamente, mi mente es otra. Una que sobre analiza todo, busca la manera de resolverlo así no le competa y, en dado caso, sufre en silencio con las consecuencias.

Desde que llegamos a París, las discusiones entre mamá y papá han sido más constantes. Ya no se encierran en su habitación y se gritan a puertas cerradas; más bien, lo hacen a voz populi. Por momentos me aturden, así que solo tomo las llaves y salgo al parque que queda a unas cuantas cuadras del edificio. Ya ahí, me siento en el banco de siempre y no me levanto hasta que el lugar cierra por completo. Si tengo suerte, puedo llegar a casa cuando todos están dormidos.

La soledad se ha vuelto mi amiga, el silencio también.

El silencio me arrulla, me acoje, me permite acallar el escándalo de mis pensamientos y los lamentos de los recuerdos. A veces, con un poco de esfuerzo, logro que cubra el resonante grito roto que Addison dejó escapar en medio de la oscuridad de aquella noche. Aquella maldita noche.

¿Habría sido mejor quedarnos en casa?

La clase transcurre tediosa. Historia no es mi materia favorita, la europea mucho menos. Mi nivel de concentración no es muy extenso, por lo que el sonido de una cámara tomando una fotografía capta mi atención. Me giro en la dirección por la que creo que proviene el incesante ruido; para mi pesar, me doy de bruces con un grupo de idiotas que llevan en sus manos sus teléfonos celulares, apuntando justo a mi lugar. Esto no es nuevo, al parecer resulta un fenómeno que el chico recién llegado sea estadounidense.

He tenido que atenerme a las miradas desdeñosas, curiosas, altivas e incluso despectivas, como si ser extranjero significase tener la plaga.

Al principio del trimestre no me molestaba, era de esperarse. Sin embargo, una tarde supe que mis propias fotos están rodando por las redes sociales y grupos de la ciudad, dando para especular como una revista de chismes.

Hay rumores, unos más descabellados que otros. Los inconvenientes llegaron a su cúspide cuando decidí dirigirme a la autoridad mayor dentro de la escuela: el director. La respuesta, por su parte resultó ser un inservible "No puedo hacer nada, no manejo las redes sociales ni lo que publican en ellas. Son adolescentes, ya se les pasará. Solo ignóralos".

No me iré hasta que te enamoresWhere stories live. Discover now