Capítulo 17

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Holis, no me tardé tanto, ¿Ven? Jeje👀

Espero les guste, capítulo revelador. No se olviden de comentar y votar. Los súper quiero🧡

Canción de multimedia: Selfish —Madison Beer.

Dedicado a LauraMarval que me está odiando en este momento, y no sabe cuánto la quiero y agradezco sus noches de apoyo moral🥺❤️

Dedicado a LauraMarval que me está odiando en este momento, y no sabe cuánto la quiero y agradezco sus noches de apoyo moral🥺❤️

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Cuando crucé las puertas de casa el sábado por la noche, todo estuvo en más calma de la que llegué a imaginar.

Los extraños que acapararon mi sala ya se habían ido, y solo revoloteaban por el lugar el grupo de chicos que ahora me rodeaba: Alaska, Shawn, Cassandra, Keith, Chris —maldito—, Kit y sorprendentemente, Amanda. Sana y salva, sin ningún rastro de algún acontecimiento fuera de lo normal sobre ella.

Siete pares de ojos me miraron asustados, atónitos, aliviados, y furiosos. Supongo que ya se imaginarán de quiénes eran los últimos.

Keith y Alaska se abalanzaron sobre mí, reclamando y haciendo preguntas compulsivas, mientras que me tomaban el rostro y me examinaban como para asegurarse de que estuviese en una sola pieza.

Luego de echarme la bronca en conjunto, Shawn ser acercó y me dio un abrazo, susurrándome en el oído que todos habían estado muy preocupados y que no lo volviera a hacer.

Mi extrañeza crecía y crecía, sin entender nada. ¿Ni siquiera se habían dado cuenta?

Gabriel se mantenía a mis espaldas, en un silencio incómodo, casi como esperando a que yo lo echara o algo por el estilo. No lo haría. Él me había ayudado.

Después de mil preguntas por parte de Shawn, Alaska y Keith, decidí pasear mi mirada por los demás. Kit me veía con el ceño muy fruncido y una concentración interminable; pero por su parte, Amanda desviaba de forma evidente mi mirada. Abrazaba a Kit por la cintura, pero no se atrevía a alzar sus ojos y conectarlos con los míos.

Me pareció extraño, pues ella siempre se mostraba atenta y alegre.

Muchas cosas me parecieron extrañas y perturbadoras en ese momento.

Unos quince minutos después, Cassandra, Chris, Amanda y Kit salieron por las puertas de mi casa, no sin antes estos dos últimos mirarme de forma inescrutable.

Ese comportamiento no era normal. Y eso solo aumentó mi desconfianza.

Gabriel se despidió de mí, un poco tosco y con las palabras atropelladas. Le atribuí eso al cansancio. Le di las gracias, y luego de que me diera un simple beso en la mejilla, lo vi desaparecer entre las calles del vecindario.

No me iré hasta que te enamoresWhere stories live. Discover now