Capítulo 27

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Sí volví jejeje
No tengo nada relevante que decir aquí, solo saludar.

Holis :3

Espero estén bien, sanitos y resguardados en casa. Lávense las manos, respiren hondo y sonrían.

Todo es efímero :D

Ya los dejo leer, espero les guste💜

Ya los dejo leer, espero les guste💜

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—¿Te estás escuchando, papá?

¡Por supuesto que se estaba escuchando! De lo que dudaba era de su análisis de la situación. Me miró con ojos de perro regañado y bajó la cabeza.

—Mírame, Richard —demandé. Alzó la vista con una sonrisita pequeña queriendo salir— ¡Ah, ¿Te reirás de mí?! ¿Por qué los invitaste a quedarse?

—Porque...porque se están quedando en un hotel, me parece de lo más insensible no hacer la invitación, Kelly. Después de todo —suspiró pesadamente y me tomó de los hombros. Sabía lo que diría, antes de que lo soltara negué muchas veces con la cabeza— es tu madre. Y ese pequeño, tu hermano.

—Medio hermano. El duende es medio hermano —aclaré.

Claramente no estaba de acuerdo con aquella decisión que se había tomado a mis espaldas, considerando que Keith brillaba por su ausencia.

El día comenzó de una manera tranquila. Intenté serenar mis pensamientos e ideas y despertar con el pie derecho. Tomé una ducha y me vestí, preparada para salir de casa, puesto que le había pedido algo de ayuda a Gabe con una maqueta para la clase de dibujo técnico. Con mucho gusto se ofreció a buscarme, aunque con amabilidad decliné la oferta; ya estaba en mis capacidades movilizarme de un lado a otro por mi propia cuenta. Todo iba bien hasta que crucé las escaleras y encontré a Lana Ross y a su retoño cargando con un par de maletas a través del salón. Hecha una furia me di la vuelta y entré al estudio de papá. Eso no podía ser obra de más nadie, sino de él.

—Tan solo serán dos semanas, ¿Sí? Además, tenemos cosas de las que hablar —añadió sacando el anclaje de sus ojos con los míos. Sus manos se aflojaron en mis hombros, hasta dejarlas caer derrotado—. Legalmente seguimos siendo esposos, y ella su...

—Madre —completé fastidiada—, ya lo sé, no hay que repetirlo mil veces. ¿Estás consciente de que Keith no vendrá a casa hasta que ellos se vayan? ¿Y que eso implica tener a tu creación rubia muy molesta por toda la ciudad? -Utilicé mi último argumento en su contra.

Frunció el entrecejo, obviamente considerando mis palabras.

—Confío en él, Kelly. Tu hermano sabe cuidar de sí mismo —aseguró con una sonrisa afable.

—Ya lo sé, solo estoy preocupada. No sé cómo pueda reaccionar ante todo esto y...—Tomé una respiración profunda, obligando a mis nervios disiparse— los dos sabemos que a él le afectará más que a mí.

No me iré hasta que te enamoresWhere stories live. Discover now