¿Cuándo sabemos que llegamos a nuestro límite? ¿Cuándo hemos perdido lo suficiente como para darnos por vencidos?
¿Vale la pena seguir luchando por la libertad?
La vida de Nadedja Vein estaba sumida en caos mientras veía a sus compañeros morir a ma...
Paso por aquí para mostrarles el tatuaje de nuestro capitán que me hice hace unos días ¿Les gusta? ¡Siento la demora! Ya podré actualizar más seguido.
Este capítulo es cortito ya que el próximo abarcará toda la expedición.
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Antigua base de la Legión de Reconocimiento
—Primero lo pasas bien, debes humedecer el pelaje lo suficiente antes de usar el jabón. Hazlo despacio pero con fuerza, inténtalo.
Sus manos obedecieron mis órdenes de la misma manera en que se lo indiqué, realizando correctamente el proceso. Eren estaba muy interesado en pasar pequeños ratos conmigo cuando tenía tiempo libre —que no era poco teniendo en cuenta que Levi suele obligarlo a limpiar todo el día—. Cada mañana venía a mi habitación para ayudarme a tratar la quemadura y luego se iba a entrenar o hacer experimentos con Hanji. Hoy habíamos decidido pasar por los establos y aprender cosas nuevas sobre los caballos.
—Escucha cómo le habla... Jamás la había visto conversar con alguien que no sean los de su escuadrón o el comandante —oí que le mencionó Gunther por lo bajo a Erd, quien estaba sentado a su lado.
—Parece que el chico le cae bien. A mí apenas me ha saludado dos o tres veces con un simple asentimiento desde que entré a la Legión.
¿Realmente habían sido tan pocas...?
—Ha dicho más palabras estas semanas que en los últimos cuatro años... Ah, esto es muy aburrido. No encontraron ningún recluta que haya usado el equipo de maniobras sin permiso. ¿Quién lo hizo entonces...?
—Ni idea, ahora me preocupa la ceremonia de iniciación. ¿Cuántos de ellos estarán tan locos como para unirse a nosotros?
—¡Oye Eren! ¿Hay reclutas que planean unirse a la Legión?
El chico que ahora alimentaba a su caballo sonrió un segundo antes de responder.
—¡Sí los hay! O bueno... los había. No sé si aún querrán unirse luego de que...
Un bello caballo negro llegó a la zona junto al capitán Levi. Medianoche era el nombre que él le había puesto a su fiel compañero. Grité un claro "Atención" y los cuatro presentes rápidamente se pusieron en posición para saludarlo y esperar nuevas órdenes, entre ellos, yo. Petra y Oluo habían partido esta mañana para la ceremonia, así que solo quedábamos nosotros en el castillo.
—¡Es hora de patrullar! Eren, apronta tu caballo y no te alejes de mí, no olvides que no estás en una celda porque te mantengo vigilado. Nadedja, te reunirás con tu escuadrón pronto, ve a repasar los documentos que llegaron esta mañana. El resto, andando.
—¡Sí señor! —respondimos todos.
Ese mismo día la Legión tuvo nuevos miembros, bastantes para nuestra sorpresa. Tal parece que el discurso que Erwin les dio surtió efecto en ellos. Los veteranos se encargaron de recibirlos y comenzar a instruirlos para la próxima expedición. El grupo de novatos se alojó en la base tres días después pero tuve la oportunidad de cruzarme con ellos a la mañana siguiente de la ceremonia, al momento en que conocían las instalaciones.
