¿Cuándo sabemos que llegamos a nuestro límite? ¿Cuándo hemos perdido lo suficiente como para darnos por vencidos?
¿Vale la pena seguir luchando por la libertad?
La vida de Nadedja Vein estaba sumida en caos mientras veía a sus compañeros morir a ma...
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Narrador: Nade
El cuerpo del titán cayó sobre el tejado de una casa destruyendo todo a su alrededor y levantando tanto polvo que no pude evitar toser con la garganta seca. Llevaba un par de horas en el mismo lugar junto a mi escuadrón y los titanes apenas venían a por nosotros. No era la única que lo notaba, el líder Mike también observaba a lo lejos cómo los titanes se alejaban e iban hacia el norte directo a Trost. Me debatía si abrir la boca, pero algo me tenía inquieta con ese asunto. El resto de nuestro escuadrón ya había despejado la zona y aguardaban por nuevas instrucciones que seguramente sean diferentes a las esperadas.
Un grupo de personas amontonadas en un solo sitio era un lugar perfecto para que esas bestias sean guiadas hacia aquí. El único motivo por el cual podían ignorarnos era por la existencia de una montonera más grande y esa era sin duda la ciudad. Sin embargo no es algo común en ellos siendo que Trost está tras las murallas.
¿Entonces por qué actuaban así?
—Mike —lo llamé yendo a su lado, no dejaba de olfatear hacia el frente y observar la lejanía con el ceño fruncido. Nanaba también estaba cerca notando su actitud. No necesité más palabras, el hombre supo qué quería decir con mi mirada.
—Sí, hay que informar a Erwin, ve a buscarlo. Nanaba, ven conmigo y los demás a preparar los suministros para una posible retirada de urgencia.
—¡Sí señor! —respondimos ambas a la vez poniéndonos en acción al instante.
El comandante estaba en una zona despejada de titanes, no fue difícil encontrarlo sin embargo sí estaba lejos de nuestra posición. Vi su cabellera rubia sobre su gran caballo blanco a lo lejos y me acerqué usando mi equipo de maniobras. Aterricé sobre uno de los tantos tejados llamando su atención junto a la de sus acompañantes, el grupo de hombres me observó expectante porque si yo era enviada a emitir comunicados todos tenían claro que era por una situación de emergencia.
Erwin confía plenamente en los sentidos de Mike y por lo tanto, en mí.
—Comandante, algo extraño está pasando con los titanes. Nos ignoran y se dirigen en grandes cantidades hacia Trost, tememos que haya algún problema con la puerta.
—Es igual que hace cinco años... —murmuró. Recuerdos de aquel día llegaron a mi mente, él y Mike se habían retirado a la ciudad para observar la magnitud del problema. Fue un completo caos sin el comandante Shadis en la base—. Ordenen la retirada al resto de escuadrones, buscaré al capitán Levi. Nade, ven conmigo. Tal vez esto sea una mera suposición pero regresar por si acaso no nos volverá culpables. ¡Andando!
Un silbido bastó para que mi caballo apareciera con un relincho en mi rango de visión y me dejara montarlo. Rodion siempre está atento a mis movimientos y me sigue de cerca ya que sabe identificarme aunque vaya por los aires. Es un chico muy bien entrenado que siempre está preparado.
