¿Cuándo sabemos que llegamos a nuestro límite? ¿Cuándo hemos perdido lo suficiente como para darnos por vencidos?
¿Vale la pena seguir luchando por la libertad?
La vida de Nadedja Vein estaba sumida en caos mientras veía a sus compañeros morir a ma...
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Narrador omnisciente
La última vez que Nadedja se había sentido así de insegura fue cuando decidió unirse a la Legión de Reconocimiento. Sentía su respiración pesada a pesar de no estar realizando ningún esfuerzo y sus manos temblaban más que nunca. Se encontraba recargada contra la chimenea de una de las altas casas del distrito cargando el rifle que Nifa le había dado y aguardando por el avance de aquella carreta que tanto cuidaba. Desde que se unió al escuadrón de Hanji no deja de tener esa extraña sensación de que algo va a salir mal. No recordaba nada de esto en las memorias, nada se le hacía familiar. ¿Era acaso irrelevante esta misión? ¿Debía confiarse de estar rodeada por sus compañeros en interiores de una muralla o temer aún así por su instinto? Su mente tampoco dejaba de viajar hacia donde estaban Armin y Jean, esperando que los demás hayan podido rescatarlos.
—Oye, Nade —le habló Nifa a su lado con una sonrisa—. Cuando todo esté mejor, tomémonos un tiempo para salir, ¿de acuerdo?
Nadedja sólo la observó por el rabillo del ojo, asintiéndole. No podía hablar, sentía que explotaría si hacía algo aparte de vigilar la carreta. Había aparecido de repente una gran montonera de personas en frente que obstruían el camino y eso no era bueno. Sus nervios se disiparon un poco cuando oyó un equipo de maniobras acercándose a la posición de ambas y comprobó de quién se trataba. El capitán Levi había llegado para verificar cómo iba todo, aunque su expresión severa demostraba que algo le preocupaba, o eso es lo que Nade pudo leer en su rostro. Más que preocupado, se veía pensativo. Se acercó a la misma chimenea en la que se encontraba la pelinegra y se apoyó en el lado continuo mientras Nifa le informaba todo.
"Hay demasiada tensión... ¿Por qué no me puedo quitar la sensación de que hay alguien viéndome?" Pensó la pelinegra mientras sus ojos escaneaban los alrededores. Toda la situación era terrible, pero lo que más la inquietaba era ese grupo de secuestradores novatos que se llevaron a Armin y Jean de una manera descuidada y para nada sigilosa. Si se tratase del gobierno y la Policía Militar el modus operandi habría sido distinto y Nade estaba segura de que Levi tenía el mismo pensamiento. Sus oídos se agudizaron como si se tratase de una cacería en el bosque mientras Nifa hablaba sobre un tal Kenny el destripador que Levi había mencionado de la nada.
"Ke... ¿¡Kenny!?"
A su mente llegaron las palabras que Clan le dirigió en aquel bosque la última vez que lo vio. «No voy a matarte hoy, pero nos encontraremos pronto si Kenny lo quiere.» Sí, para Nadedja no era una coincidencia de nombres, seguramente estaban hablando de la misma persona. No sería tan estúpida como para desconfiar o ignorar un dato de esa talla. Clan y Levi conocen a un mismo hombre, y ese hombre es peligroso si es jefe de su hermano mayor. ¿Es él quien está detrás de todo esto?
"¿¡Por qué no puedo recordar nada sobre este momento!? Eren ni siquiera lo mencionó, pero debido a los acontecimientos futuros estoy segura de que algo malo va a pasar aquí. Todo encaja..."
