Capítulo 44: Entre sangre y muerte

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Narrador omnisciente

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Narrador omnisciente

"Duele... Duele mucho..."

La cantidad de sangre que Nadedja había perdido era suficiente como para que sintiera todo su pecho húmedo y sucio. Si bien el dolor era lo primero que ocupaba su mente, comenzaba a ser más consciente de sus alrededores. Sabía que Levi y Armin le habían salvado la vida; sentía las manos del rubio sostener sus hombros desde atrás para que bajara su cabeza y asi evitar más dolor. Le estaba intentando limpiar con su capa aunque el sangrado no pudiese detenerse. Nade también oía el ruido que hacía el titán acorazado trepando la muralla gracias a su endurecimiento y el escándalo que eso formaba entre los soldados que aguardaban las órdenes de un comandante ideando un plan en silencio. Si bien Nadedja no podía ver casi nada con el único ojo que le quedaba éste le fue suficiente para apreciar cómo el maldito titán bestia ordenaba moverse a los titanes más pequeños. No había dudas de que iban a por los caballos y los nuevos reclutas, si Erwin no reaccionaba iban a morir. A pesar de la evidente presión el hombre continuaba en silencio pensando. El acorazado ya casi estaba en la cima de la muralla y si bien Erwin había ordenado que no lo enfentaran, el peligro era inminente. Los estaban encerrando como a unas aves en una jaula.

Y el titán colosal aún no quería hacer acto de presencia.

—¿Te vas a dignar por fin a hablar? Pude haber desayunado antes —gruñó Levi cuando el comandante parecía querer finalmente abrir la boca.

—¡Escuadrones de Dirk y Marlene, protejan los caballos junto a Claus y el escuadrón de Nadedja! ¡Escuadrones de Levi y Hanji, encarguense del titán acorazado! Utilicen las lanzas relámpago al ser necesario y cumplan su objetivo a toda costa. ¡La supervivencia de la humanidad depende de esta batalla! ¡Entreguen sus corazones a la humanidad una vez más!

Mientras todos los presentes aceptaban su misión y se apresuraban a cumplirla, Armin y Levi eran los últimos en retirarse del lugar, sobretodo por culpa de Nadedja. La mujer intentaba ponerse de pie lentamente con ayuda de ambos, algo que consiguió con un poco de esfuerzo. Sentía como si su cuerpo se hubiese quedado sin energías, el dolor agudo del corte había provocado mucha tensión en ella como para debilitarla. Cuando la pobre les señaló que podía estar de pie por su cuenta los dos se dispusieron a irse y dejarla allí, pero Erwin lo impidió.

—Esperen, Levi, Armin. Aunque hablé de tu escuadrón, tú no irás, Levi.

—¿Voy a proteger a los caballos y no a Eren?

—Exacto. Y cuando veas la oportunidad acaba con ese —señaló al titán bestia—. Solo puedo confiartelo a ti.

—Entendido. Antes no pude matar al acorazado, traeré la cabeza de este como compensación. Cuida a Nadedja, los dos deben estar aquí arriba —mencionó antes de lanzarse muralla abajo.

—Armin, tengo un plan contra el acorazado. Hanji y tú serán quienes den órdenes allí, esto decidirá el destino contra la humanidad.

Y como buen soldado, Armin lo escuchó antes de retirarse con un pequeño saludo a la mujer. El acorazado estaba a punto de subir, si no actuaban sería muy tarde.

𝑻𝑯𝑬 𝑷𝑹𝑶𝑻𝑬𝑪𝑻𝑶𝑹 | Levi AckermanWhere stories live. Discover now