Capítulo 10: Confiar

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Año 850 - Antigua base de la Legión*****Narrador omnisciente

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Año 850 - Antigua base de la Legión
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Narrador omnisciente

La brisa golpeó su rostro decidido mientras caminaba hacia el calabozo. Un par de aves nocturnas volaban sobre su cabeza perdiéndose tras la alta fachada del castillo, dejándola a solas con sus pensamientos. Todos se habían ido a dormir ya, seguramente el capitán Levi sea el único que ande rondando por los pasillos y Nade no tenía tiempo para charlas, debía cuidar al muchacho.

—Nadedja... ¿Podría darme agua?

Las manos de la mencionada tomaron con fuerza la cantimplora a su lado que contenía el líquido aún frío. El tintinear de las pesadas llaves resonaron por todo el pasillo del gran calabozo mientras abría la reja de la celda en la que Eren dormía. La noche estaba en su auge y el frío comenzaba a sentirse pero el muchacho no podía pegar el ojo mientras ella hacía su guardia hoy.

Era la segunda noche luego de los extraños incidentes con los titanes de Hanji. Se encontraba molesta, demasiado. ¿Matar objetos de investigación tan importantes? Es claro que tienen un enemigo dentro de estas murallas dispuesto a darlo todo para que la Legión no descubra sus secretos. Todo esto le dejaba un mal sabor de boca.

—Duérmete ya, chico. ¿Has ido al baño? —le habló en tono suave.

—Sí, es solo que no tengo sueño —respondió en voz baja, imitándola.

—¿Qué te preocupa? —Eren bebió todo el contenido de una sola vez antes de hablar.

—Si le soy sincero... todo. ¿Cómo podré ser capaz de controlar esto? —observó sus manos ahora vacías mientras ella se mantenía a su lado de pie— ¿Cómo podré ser la esperanza de la humanidad? Un peso tan grande como ese solo hace que me ponga nervioso. Demostrar temor ante el capitán y el escuadrón solo me hará ver como un cobarde. Yo... Ah, siento estar hostigándola con mis pensamientos de adolescente inmaduro.

—¿Quieres ayudar a la humanidad? —preguntó con sequedad.

—¿Uh? ¿Qué clase de pregunta es esa?

—Responde.

—Claro que sí, nuestra libertad es lo que más ansío.

La libertad...

—Sólo eres un niño, Eren, será tu trabajo demostrarme lo contrario. ¿Pero sabes qué? Te diré algo —se sentó en el borde de la fría e incómoda cama sintiendo los pies del chico en su espalda, cubiertos por una manta blanca.

—¿Qué?

—No hay un motivo claro de tus poderes aún y tampoco de mis palabras, sin embargo, quiero que consideres mi confianza hacia ti como un incentivo para nuestro trabajo juntos a partir de ahora —la mujer giró su cuerpo para enfrentar al chico que la observaba con ojos confundidos. Ella podía ver sus grandes ojeras y su expresión abrumada, tanto que era como verse en un espejo. Recordaba todas aquellas veces en las que las pesadillas ocupaban sus sueños dejándola sin dormir durante varios días. La carga de su consciencia debe ser igual de pesada en Eren, quien no ha dejado de ser cuestionado por cada uno de sus actos—. Estaré allí para apoyarte sin importar qué, te doy mi palabra. No soy alguien que habla mucho o le gusta expresarse, diría que paso desapercibida por casi todo el mundo en este lugar y no tengo el valor suficiente como para ser una esperanza de la humanidad como tú o el capitán Levi. Aún así, quiero ser tu amiga aquí.

𝑻𝑯𝑬 𝑷𝑹𝑶𝑻𝑬𝑪𝑻𝑶𝑹 | Levi AckermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora