Capítulo 21: Los días tranquilos

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Una semana después

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Una semana después

Narrador: Nade

«De pequeña recuerdo pocas interacciones con mi verdadera familia. En un mundo donde mi destino ya estaba pactado, era mejor no encariñarse con quien moriría en un futuro luego de los 13 años.»

—¿Seguirás escribiendo en ese diario todo el día?

La voz de Erwin sonaba ronca y débil, pero era de esperarse luego del lamentable estado en que se encontraba. Había despertado ayer por la mañana así que desde entonces me disponía a hacerle compañía cada vez que podía. A pesar de toda la sangre que perdió, el bastardo osa mantenerse despierto. Me tomó dos días enteros recomponerme del estrés y el desgaste físico que me provocó la misión. Por suerte no resulté tan herida, más bien las heridas eran emocionales. Entre todo el desastre encontraba consuelo visitando al rubio quien solo dormía plácidamente mientras me dejaba sentarme en algún rincón de la habitación.

—Así es como yo me sentí todos estos años visitándote en la oficina mientras hacías papeleo —me burlé sin despegar la vista del diario apoyado en mis muslos.

Eran las dos de la tarde y estábamos en el cuartel de Trost, por eso no me encontraba tan bien vestida como otras veces. Traía puesto un pantalón negro y una simple camisa blanca varios talles más grande haciendo que la tela colgara desprolija en varias partes de la misma, incluidas las mangas. No me permitían colocarme el uniforme aún, seguía siendo paciente de la enfermería aunque me moviera con libertad. Vendas rodeaban mi frente y ambos brazos, sin mencionar que debía cuidarme del golpe que había sufrido en la espalda por cubrir a Sasha y Armin.

—No quiero admitirlo, pero es aburrido —comentó aún recostado en la cama y observando el techo. Su brazo le dolía como el infierno, podía imaginarlo—. ¿Qué escribes?

—Si te lo contara no sería un diario. Tal vez si me muero antes que tú, puedas echarle un vistazo —bromeé.

—Háblame, entonces —pidió tranquilo conectando sus ojos con los míos—. Desde que desperté no han venido a informarme de nada y ha pasado una semana desde que recuperamos a Eren.

—No pensé que escucharía quejas. Es porque están ocupados encargándose de todo, Erwin. Hanji y Levi principalmente —suspiré cerrando por fin el diario de tapa negra para ponerme de pie y caminar hacia la cama, sentándome en el borde—. Y porque debes descansar. ¿Te duele mucho?

—Podría estar peor.

Observé su torso desnudo dirigiendo mi vista hacia aquel brazo cubierto de vendas. Recordaba con exactitud el sonido de su carne ser desgarrada por mis cuchillas, su expresión y su cuerpo tenso bajo mis manos. Al menos agradecía que ahora estuviera aquí, postrado tranquilo en una cama. No estoy lista para perderlo, no aún. Erwin se mantendrá conmigo un rato más y pienso ayudarle en todo momento mientras el tiempo pasa.

𝑻𝑯𝑬 𝑷𝑹𝑶𝑻𝑬𝑪𝑻𝑶𝑹 | Levi AckermanHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin