Capítulo 22: Fuerza

1.7K 254 125
                                    

Dos días despuésDistrito Trost

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Dos días después
Distrito Trost

Narrador omnisciente

El día era demasiado soleado pero no hacía calor, para un largo viaje a caballo estaba bien. Aún no habían partido, ambos adultos preparaban sus sacos con mudas de ropa y otras pertenencias. Levi le había explicado a Nade que los chicos estaban en una cabaña en medio del bosque un tanto alejados de Trost. Si se iban a quedar algunos días allí tendrían que compartir habitación y la pelinegra ya se preparaba para las intensas sesiones de limpieza que sufriría si no era disciplinada con eso.

Connie permanecía a su lado, callado y con mirada triste. Ya se encontraba listo para acompañarlos a esa cabaña y reunirse por fin con sus amigos. Sentía muchísima pena por él, quien perdió todo de repente, igual que ella. Se vio a si misma colocando su mano sobre su rapada cabeza y le sonrió cuando sus ojos encontraron los de él. No podía darle la clase de consuelo que necesitaba porque también estaba rota por dentro, pero sabía que ese chico buscaba algo de alivio entre tanto desastre. Connie no dijo nada, pero su expresión suave le transmitió todos sus sentimientos.

—Ya está, larguémonos de una vez —interrumpió Levi apareciendo a sus espaldas cargando sus pertenencias—. Los caballos nos esperan afuera.

—Deberíamos dividirnos e ir por separado cuando salgamos del distrito —se apresuró a mencionar Nade mientras abandonaban el recinto—. Puedo llegar más tarde si me desvío, sé dónde queda. Además voy armada.

—Sí, también estaba pensando en eso. Connie y yo nos adelantaremos al entrar a Rose. Hazme el favor de colocarte el uniforme si vas sola, recarga gas y cuchillas.

—De acuerdo.

Era una movida inteligente si querían mantener a Eren a salvo. Tal y como dijeron, partieron en silencio y se dividieron una vez entrado al terreno abierto de la muralla. Ahora la mujer de ojos ámbares se encontraba sola. El camino era algo largo si solo iba a trote, pero debía hacer tiempo si quería llegar más tarde y eso requería sacrificios. El caballo que traía seguramente ni tenía un nombre, pero se divertía hablándole de cosas banales mientras su paisaje se trataba mayormente de praderas con pocos árboles. No habían casas ni comercios cerca y los poblados más cercanos estaban a kilómetros. Para bajar las sospechas Levi y Connie llevaban puesta ropa de campo, a diferencia de Nade que ante el pedido del capitán tuvo que portar el uniforme sumando unas pequeñas dagas como defensa. No podía darse el lujo de bajar la guardia, por eso sus armas eran más que una simple ayuda para defenderse.

El tiempo pasaba y la noche se acercaba. El cielo se tiñó de naranja y rosa con suaves nubes. Ya había hecho tiempo andando como si fuese una viajera inexperta, si no llegaba antes de que cayera la noche Levi la mataría. Ni siquiera recuerda haberle dado una respuesta clara sobre su unión al escuadrón, pero él y los demás dieron por sentado que había aceptado. No podía quejarse, eso la ponía al frente de la batalla y cerca de los dos chicos que quería cuidar. Era arriesgado, pero daría lo mejor. Pensando en años atrás jamás se imaginó que aquel hombre malhumorado que provenía del subterráneo acabaría siendo su superior. Podía burlarse de ella misma por lo patética que era, después de todo, jamás aspiró a un puesto alto y aún así lamentaba quedarse atrás.

𝑻𝑯𝑬 𝑷𝑹𝑶𝑻𝑬𝑪𝑻𝑶𝑹 | Levi AckermanWhere stories live. Discover now