Capítulo 37: Preparativos

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Narrador omnsciente

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Narrador omnsciente

El cuerpo envuelto en sudor de Nadedja se levantó bruscamente en la cama despertando de un terrible sueño que mas bien parecía un triste recuerdo. Su respiración estaba agitada mas no soltó ningún tipo de sonido al abrir sus ojos. Sobando su sien por un repentino dolor de cabeza, apartó las mantas para que sus pies tocaran el suelo mientras suspiraba de cansancio. Según la luz que entraba por la ventana, la luna aún estaba en lo alto del cielo, pero eran pasadas la medianoche. Encorvó un poco su espalda para que sus codos se apoyaran en sus muslos mientras sus manos sobaban sus cuencas buscando adaptarse a la poca luz de la habitación.

Solo habían pasado cinco días desde el juicio, pero su mente aún no se iba de aquel lugar. Como debía esperar respuestas durante la semana y su libertad era algo que pendía de un hilo, había decidido quedarse en los aposentos del generalísimo en la capital, quien se lo había ofrecido como cortesía en la espera. El importante hombre dormía a solo tres habitaciones de la suya con custodios en la puerta, pero ambos comían en la misma mesa. Era realmente extraño y conveniente para quien lo viese desde fuera, pero a este punto Nadedja no prestaba atención a su reputación. Zackly era un conocido de su familia desde hace varios años, eso no iba a cambiar.

Por otro lado, se estaba tomando unos días libres de la Legión mientras ellos volvían al ritmo de siempre. Sabía que aún tenían muchas cosas para hacer, sobretodo luego de conseguir un suero capaz de transformar a alguien en titán y estar a nada de comenzar una nueva expedición para recuperar la muralla Maria. Con un poco de suerte podría reintegrarse a tiempo para ayudar al equipo de ingeniería a diseñar varios artefactos útiles para la misión. Recordaba el trozo de cristal que había recogido de la cueva, el cual había dejado sin saberlo en aquella enfermería en la que despertó.

El dolor de cabeza no era demasiado fuerte como para molestarla, pero sabía que le costaría volver a pegar un ojo. Estaba sola en este lugar sin nadie con quién hablar, aunque había oído que Levi pronto vendría a verla. Como capitán de escuadrón era su responsabilidad estar pendiente de su subordinada. Sin embargo ni Erwin ni Hanji se tomaron la molestia de hablar con ella, algo que debía pero no quería solucionar. Y en cuanto a Zalas, el pobre no tiene permitido acercarse hasta que el juez dicte una sentencia, es decir, Zackly.

Tenía la posibilidad de reunirse con su padre si visitaba el calabozo de la corte, pero simplemente no quería verle la cara luego de tanto tiempo. El generalísimo le había contado que se le permitió asistir al entierro de Clan con guardias, pero que eso no salió muy bien. Había comenzado a maldecir en voz alta el nombre de Nadedja al ver a su hijo muerto y no ayudó para nada que Zalas también asistiera. Quiso golpearlo mientras lo acusaba de haber traicionado a la familia por apoyar a la mujer. Según Zackly, fue una situación muy dolorosa para todos los presentes. Incluso el resto de la familia estuvo allí.

Con un gruñido se puso de pie en la elegante habitación y buscó por todos lados sus botas. Ni siquiera tenía ropa de dormir puesta, continuaba con algunas mudas que formaban parte de su uniforme. Cuando las encontró se las puso rápidamente y también la gabardina verde por sobre su blanca camisa, pero no la abotonó a pesar del evidente frío. Quería atarse el cabello como siempre lo hacía, sin embargo no había rastros de una coleta por los alrededores que se lo permitiera. Al estar lista y asegurarse que tenía dinero consigo, abrió la puerta para salir al pasillo.

𝑻𝑯𝑬 𝑷𝑹𝑶𝑻𝑬𝑪𝑻𝑶𝑹 | Levi AckermanWhere stories live. Discover now