Capítulo 9: Un apretón de manos

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Edificio del tribunal militar

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Edificio del tribunal militar

Narrador: Nade

La opinión pública con respecto a Eren era variada, pero reacciones naturales después de todo. Salvador o demonio, la noticia se disparó por igual en todos los rincones de estas murallas. Hoy era el día del juicio y sentía mis manos sudar por alguna razón. El plan que Erwin tenía elaborado me pareció descabellado cuando nos lo contó en el carruaje de camino aquí. Mi presencia no era relevante pero debía estar como testigo por si era necesario aclarar algún suceso del que fui parte.

Todos esperábamos dentro de la corte manteniendo completo silencio e intercambiando miradas. Algunos estaban aterrorizados, otros sentían terror y algunos parecían no estar interesados en esto. Podía ver a mi izquierda al comandante Pixis acompañado de sus soldados más cercanos, incluido mi hermano. Armin y Mikasa también estaban allí continuos a Rico y con claro nerviosismo, sobretodo el pequeño Armin quien lo demostraba apretando sus puños con fuerza y temblando. Un simple saludo es lo que pude brindarles antes de mirar al frente posándome justo a la izquierda de mi comandante con mis manos tras la espalda. Levi estaba a la derecha con expresión tranquila. ¿Acaso nunca sentía nervios ese hombre?

Si todo sale bien hoy, volveremos con Eren de nuestro lado. Tengo fe en que así será.

Cuando las puertas principales se abrieron todos giraron su cabeza hacia la entrada, donde un confundido Eren hacía presencia acompañado de dos guardias de la Policía Militar. Traía cadenas en sus manos las cuales estaban en su espalda e incluso estaba descalzo. Bajo la atenta mirada de todos lo colocaron en el podio central sosteniéndolo con una barra grande de metal. Su expresión de miedo me daba escalofríos, sin duda nunca fui partidaria de ser cruel con los niños, incluso siendo éste un titán.

El Generalísimo Zackly no se hizo esperar y entró a la corte remangando su blanca camisa y tomando asiento. Traía en sus manos los informes del caso y dio comienzo al juicio de Eren sin rodeos, pero justo cuando su voz inundó el silencioso lugar mis pensamientos se desconectaron nuevamente igual que estas últimas semanas.

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Mis ojos se abrieron despacio tratando de acostumbrarse a las luces y el fuerte sonido a mi alrededor. Tal parece que había estado inconsciente todo este tiempo. Sentía un gran rastro de sangre descender por mi frente pero no era importante ahora a menos que me dificulte entrar en acción. Nuevamente oía balas, equipos de maniobras y titanes luchando. Mi cuerpo estaba entumecido, como si hubiese recibido un duro golpe. Había mucho polvo y mi extraña ropa estaba completamente sucia. Traía puesto un largo vestido rojo que lucía demasiado caro para mi poder adquisitivo en la isla, aunque por alguna razón sabía que no estaba en Paradis.

Pero... ¿Qué es Paradis? ¿Por qué pensé en una isla?

Me llevó un tiempo recomponerme, al momento de intentar ponerme de pie descubrí que no estaba sola y que lo que estaba bajo mis pies eran nada más y nada menos que las manos de un titán colocadas en forma de huevo para protegernos de lo que sea que haya sucedido. Eran fuertes, los dedos estaban cubiertos de una extraña coraza muy dura de color dorado. Busqué una manera fácil de salir y solo hallé un hueco entre los meñiques para abrirme paso. Estábamos enterrados en escombro... ¿Qué diablos estaba pasando?

𝑻𝑯𝑬 𝑷𝑹𝑶𝑻𝑬𝑪𝑻𝑶𝑹 | Levi AckermanWhere stories live. Discover now