Capítulo 45: Héroe

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Narrador omnisciente

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Narrador omnisciente

—¡¡Avancen!! —gritaba con fuerza Erwin liderando la carga mientras todos soltaban gritos de desespero y rabia.

Los reclutas avanzaban por el largo pasillo de casas cabalgando a manos temblorosas. Sus corazones querían salirse de sus pechos. El titán bestia notó de inmediato la presencia de los soldados por tanto ruido, la cantidad de piedras que le quedaban por lanzar eran suficientes como siquiera molestarse a mirarlas.

Supuse que no se iban a quedar sin pelear pero... ¿Una carga suicida?》

—¡Ahí viene! ¡¡Disparen!!

Las bengalas verdes que eran disparadas cubrieron parte del cielo.

《¿Humo?... Ah, esas cosas con las que envían señales. Bueno...》

—¡¡Cuidado!! ¡Sepárense!

—¡¡Sigamos detrás del comandante!! —intentó gritar Nadedja entre tanto ruido a su escuadrón— ¡Dispersense un poco!

El titán bestia iba a lanzar su primera piedra. El humo verde aún no era denso, el impacto iba a darle a unos cuantos aunque no quisieran.

—¡¡Avancen, mis soldados!! —gritó Erwin dándole cara a la muerte.

Nade podía ver la enorme figura del titán a lo lejos comenzar el lanzamiento. Tenía a Erwin justo en frente, estaban a tan solo segundos de la muerte. Quería llorar, quería gritar pero simplemente no podía. Le dolía todo, buscaba rendirse, alejar el sufrimiento y la desesperación.

"¿De verdad voy a salir viva de esta?"

—¡¡Griten, mis soldados!!

Podían verlas llegar... Segundos... ¿Tenían arrepentimientos? Miles, millones, se irían sin decir tantas cosas...

—¡¡Peleen, mis soldados!!

Gritos. Angustia. Dolor... Muerte.

Fue como si el tiempo se hubiese detenido para Nadedja. Ante el único ojo que le quedaba las piedras pasaron con velocidad, llevándose la vida de la mayoría de sus compañeros... y la de Erwin. Lágrimas comenzaron a descender desde el preciso momento en que notó una piedra impactar a su costado y en su caballo. Su cuerpo se desplomó con violencia y al tenerlo justo en frente tuvo que realizar un salto con su yegua teniendo suerte de que había entrenado con el animal antes, de no ser así se habrían ido al suelo por el tropiezo con su cuerpo.

A su alrededor habían grandes cantidades de reclutas que perdieron la vida. Sus cuerpos destrozados comenzaban a manchar el suelo de sangre. La mujer giró su cabeza hacia atrás para observar horrorizada al comandante y al resto de su escuadrón. Varios habían muerto, solo quedaban Floch, Marlo y otro chico a su lado pues el resto de reclutas que continuaban se encontraban un poco más lejos de ellos.

𝑻𝑯𝑬 𝑷𝑹𝑶𝑻𝑬𝑪𝑻𝑶𝑹 | Levi AckermanWhere stories live. Discover now