Capítulo 50: Benjamin

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Narrador omnisciente

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Narrador omnisciente

Pum. Pum. Pum.

El sonido del mazo golpeando repetitivamente un grueso clavo tenían a Nade en un trance desde hace varias horas. Realizaba el mismo movimiento una, y otra, y otra vez en el techo de una casa no muy alta del muro Maria la cual estaba ayudando a reparar. Tan solo dos meses habían pasado desde que llegaron al mar, y si bien parte de la Legión estaba ocupada con esos asuntos, como Levi y Hanji, el resto de miembros mataba el tiempo ayudando a los antiguos refugiados con sus hogares. Muchos ya habían recuperado sus tierras, pero otros necesitaban el apoyo de los demás para volver a lo que antes tenían. Hoy Nade se entretenía asegurando un techo junto a Floch y un par más de hombres. Ya no tenía forma de quitarse al adolescente de encima, la había elegido como su lugar seguro dentro de la Legión, su superior confiable.

—¿Oyó las nuevas noticias? —mencionaba el de cabellos rojizos mientras le pasaba los clavos en aquel techo intentando entablar conversación.

—No sé de qué hablas —le respondió sin siquiera girarse a verlo. Ya no sentía su brazo de tanto martillar pero no le importaba, quedaba poco para completar la casa.

—Vendrán miembros nuevos la próxima semana. Todos aquellos que no tuvieron la valentía de salir en la expedición al mar y ahora saben lo que hay más allá por fin quieren unirse. Son más de los que pensamos, la comandante Hanji los recibirá en el cuartel.

—¿Ella dijo eso?

—Sí, y el capitán Levi también. ¿No ha hablado con ellos?

—No —el menor tenía su ceño fruncido ante esto.

—No se preocupe, le habrían contado tarde o temprano.

—Supongo.

Pum. Pum. Pum.

—Capitana...

—Nadedja. Ya no soy tu líder de escuadrón.

—Nadedja... ¿Hay algo que pueda hacer para ayudarla?

Había entendido a la primera a lo que se refería, pero algo en su orgullo no le permitía admitir la derrota. Que alguien como Floch se diera cuenta de sus pensamientos tormentosos era nefasto para ella. ¿Por qué no la dejaban en paz? Comenzaba a creer que era mejor estar sola.

—Ya te lo dije una vez, como soldado hay que mantener la cabeza fría. Eso es lo que estoy haciendo.

No mentía, estar callada y con la mirada perdida era su mecánismo de defensa.

—Entiendo. La apoyo si eso la hace sentir mejor.

—Gracias.

Tal y como Floch le dijo, Levi fue el que le informó sobre los nuevos miembros esa misma noche. La cantidad de peticiones de ingreso eran sorprendentes, sobretodo porque ahora con la falta de titanes muchos comenzaban a pensar que las Tropas Estacionarias ya carecían de uso. De nada servía custodiar los muros de un enemigo inexistente.

𝑻𝑯𝑬 𝑷𝑹𝑶𝑻𝑬𝑪𝑻𝑶𝑹 | Levi AckermanWhere stories live. Discover now