Adiós, mi amigo

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Notas de autora: Primero, antes que nada, feliz navidad y feliz año nuevo 2021. Espero que se encuentren bien y mis mejores deseos para ustedes y sus familias.

Una disculpa por anticipado por la tardanza, pero el mes que suponía debía ser el más tranquilo resultó ser el más pesado de todos, pero en fin esa otra historia y es nuevo años.

Espero que les guste el capítulo que, si bien creo que faltaron cosas, editaré algún día XD, porque en serio, batallé en reflejar algunas cosa.

En fin, ya no los aburro más, los dejo con la lectura. Saludos.

Capítulo 50:

Adiós, mi amigo.

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Una desesperante quietud reinaba dentro de la pequeña cabina del sanitario del hospital. Su ocupante, yacía sentada sobre la tapa del retrete viendo con insistencia una varilla de color blanca, en espera a que un resultado se diera en los espacios que tenía en el centro.

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Minutos atrás.

—¡quiero que te hagas una prueba de embarazo!

La petición de Hiccup descolocó a Astrid, así como a los guías.

—Pero, Hiccup...—titubeó. —Tú sabes que yo ya no puedo...

—Lo sé, pero también he leído que hay un 1% de probabilidad de que no sea efectiva. —explicó él con melancolía. —Por favor, sólo para descartar esa probabilidad, no... quisiera que se repitiera lo de la última vez... no... lo soportaría.

Astrid se entristeció de sólo recordar todas aquellas malas decisiones y acciones del pasado que la habían hecho perder a su hijo. Aunque en realidad no se sentía embarazada y su periodo lo había tenido días atrás; sin embargo, un sentimiento de incertidumbre se sembró en ella con esa simple petición.

—Está bien. —asintió. —Lo haré... ahora mismo.

Y sin decir más, le dio la espalda para salir de la habitación.

—¡Espera, Astrid! ¡Yo voy contigo! —la siguió Alúmini, pensando que le vendría bien algo de compañía para cualquiera que fuera a ser el resultado.

Astrid no objetó y aceptó su compañía, y al primer lugar al que se dirigieron fue al consultorio de la Dra. Atali que, al igual que ella en un inicio, se sorprendió cuando le pidió hacerle dicha prueba.

—Astrid, pero sabes que hay una probabilidad de menos de 1% de que eso pudiera suceder. —le advirtió como todo una profesional.

—Lo sé, pero aun así quiero hacerme la prueba.

—¿Has tenido tu periodo?

—Sí.

—¿Cuándo fue la última vez?

—Hace como 10 días, pero es muy irregular.

—¿Y la última vez que tuviste relaciones?

Astrid se sonrosó, recordando aquel día en la cabaña. Se mordió los labios y tímidamente respondió:

—Hace... 6 semanas.

Atali entonces negó con la cabeza.

—No creo que estés embarazada entonces.

Astrid bajó la cabeza, sintiéndose de cierta forma decepcionada.

La maldición que nos une (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora