Sacrificio

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Capítulo anterior.

Con pesar, Hiccup se separó de su esposa, y se volvió hacia donde estaba su enemiga. Con Sky en su mano derecha, invocó a Inferno con la izquierda. En un momento en que la bruja estaba distraída con el dragón, el hechicero dio un salto hasta llegar a su altura y juntando ambas armas, formó un nuevo tipo de energía.

La bruja, percibiendo una gran cantidad de magia tras ella, apenas y pudo reaccionar cuando fue golpeada por un destello de color azul y rojo el cual le dañó parte del cuerpo y rostro.

Enfurecida, la bruja Adara vio con desprecio al que se había unido al campo de batalla y notó en él que el sentimiento de odio era recíproco.

—Malditos todos...— vociferó, preparándose para darle también una lección a ese crío y a su estúpido dragón.

Capítulo 85.

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Sacrificio.

El campo de batalla comenzó a temblar por todo alrededor, lo que alguna vez había sido una bulliciosa ciudad ahora parecía una zona de guerra, los edificios habían caído, los coches, arboles y demás inmuebles estaban aplastados, de habitantes parecía como si no hubieran, pero lo cierto es que muchas personas habían perdido sus vidas y otras seguían atrapadas entre los escombros.

Más allá de la ciudad los que seguían consientes, sólo lograban percibir los múltiples destellos que se notaban a lo lejos.

Rorik, aún desde la estación del metro, con la difunta nadder entre sus brazos cada vez perdía más la esperanza, más cuando desde el cielo notó que más enemigos se acercaban como una marea de aguas negras que iban directamente hacia ellos.

—¡Corran, corran todos! — advirtió a todos los que aún seguían de testigos.

La gente comenzó a correr despavorida por su vida, al mismo tiempo que una avalancha de poderes mágicos caían sobre ellos.

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Dagur, por otra parte, había estado asistiendo a varios heridos que comenzaron a reunirse cerca de donde su patrulla había caído, su esposa Mala seguía sin reaccionar y temía por su vida ya que tenía una herida de gravedad, pero bajo las condiciones en las que se encontraban dudaba que alguien pudiera brindarle alguna ayuda médica, salvo por una que otra persona que tenía dichos conocimientos.

No muy lejos de él, Mako y Akito lloraban pues Alberick, el amable maestro, después de haber sido atendido por varios minutos también pasó a otra vida debido a la gravedad de sus heridas; pero no sólo ellos sufrían, eran el lamento de muchas familias los que se escuchaban en ese momento, lamentos que poco a poco se fueron acallando cuando una persona entre la multitud señaló horrorizado al cielo.

El incrédulo Dagur, sintió que se quedaba sin aliento al ver a un montón de seres malignos y hechiceros por encima de ellos.

—¡CORRAN, CORRAN! —

Advirtió, yendo hacia donde había dejado a su esposa reposando, pero tan pronto la gente comenzó a movilizarse, los que estaban en el cielo apuntaron sus armas hacia ellos y dispararon.

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Sólo en aquellos pueblos o ciudades lejos de Berk era donde relativamente uno podía estar a salvo, pero la gente que había estado siguiendo las noticias sobre los acontecimientos en aquella ciudad no podían dejar de lado la incertidumbre sobre su incierto futuro ante el ataque de un enemigo nunca visto.

La maldición que nos une (TERMINADA)Where stories live. Discover now