El rostro detrás del titiritero Pt 3

1.2K 117 72
                                    

Capítulo anterior.

—¡No! —se removió esta asustada. —El titiritero... el titiritero es...

Ambos padres vieron como su hija trataba de hablar en medio de su desesperación y por cómo se expresaba presintieron que esa persona que tanto los estaba molestando era alguien conocido.

—¿Quién es?, Zephyr, ¿quién es? —le suplicó Astrid, para que su hija pudiera por fin desahogarse.

La niña lloró, emitiendo un sollozo doloroso.

—Es... tu ayudante... papi.

—¿Qué? —musitó Hiccup con angustia.

—El muchacho que te ayuda...

—¿Skipy? —nombró desconcertado.

Pero Zephyr ya no pudo confirmarlo, pues cayó desmayada en brazos de su padre, pero la información que le dio a los hechiceros causó un gran impacto en ellos, en especial a Hiccup.

Capítulo 54.

El rostro detrás del titiritero.

Parte final.

En las afueras de la casa Haddock, aún se podían apreciar los horrores de la pelea pasada. Los vecinos, incluida Heather, se encontraban aún inconscientes sobre el césped del jardín, todos envueltos por los escudos de luz que habían impedido que se acercara con malas intenciones al interior de la casa.

Toothless y Stormfly, aún con los rezagos de la batalla pasada, siguieron vigilando también desde el jardín en su forma de titán, pero eso no quitaba que se encontraran preocupados por los que en ese momento se encontraban en el interior de la casa.

.

.

—Espero que no le dé fiebre. —susurró la angustiada Astrid, mientras limpiaba con un paño húmedo el rostro de su durmiente hija.

Hiccup no mencionó nada, sólo se encontraba de brazos cruzados, viendo como su novia atendía, con la ayuda de Alúmini, a su pequeña hija la cual se encontraba convaleciente en el sofá que antes hacía de su cama.

—Tranquila Astrid, al parecer está bien, solo está cansada. —mencionó Alúmini, tratando de animar un poco el ambiente.

—Sí, pero ¿Por qué? ¿Qué fue lo que le pasó? Y... ¿Dónde está Nuffink? ¡¿Dónde?!

La desesperación fue notoria en la voz de Astrid, cosa que inquietó de sobremanera a Hiccup, le dolía ver a su hija y a su novia en ese estado y lo mataba desconocer el paradero de su pequeño hijo, pero trataba de disimularlo para poder concentrarse y pensar de la forma correcta.

—Tranquila, Astrid, ya lo encontraremos... ya verás. —siguió consolando Alúmini entre susurros.

—¡Por supuesto! ¡Lo encontraremos porque en este mismo momento iré "de nuevo" a ese bosque!

—Espera, Astrid. —pidió Hiccup, sosteniéndola del brazo.

—¡Suéltame! —gritó esta, completamente enfurecida.

—Astrid, baja la voz y tranquilízate. —reprendió él, haciéndola retroceder los dos pasos que apenas había dado.

—Hiccup, no me quites el tiempo... Nuffink me necesita. —gruñó ella furiosa.

—No eres la única preocupada por Nuffink, por favor, no debemos actuar precipitadamente, recuerda lo que hablamos hace un rato en la estación... por favor.

La maldición que nos une (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora