Nuevas reglas

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—Está bien, te perdono Hiccup, y sabes... he encontrado un método para que no tengas que ir por mí a la escuela, no al menos tan temprano.

—Ah sí, ¿de qué se trata? —se sentó este en la cama interesado.

Zephyr sacó los formularios que requerían sus maestros se llenaran.

—Como te decía, te perdono, y fingiré que todo está bien ante tus guías sólo con una condición.

—¿Qué? —tragó Hiccup saliva.

La niña le mostró los formularios.

—Que me dejes entrar al club de música de la escuela.

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Capítulo 11.

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Nuevas Reglas.

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—¿El club de música? —repitió Hiccup confundido mientras tomaba las hojas.

—Sí, donde me enseñarán a cantar y a tocar instrumentos, participaré en eventos y...

Mientras Zephyr le explicaba ensoñada lo que haría en dicho grupo, Hiccup analizó el formulario sin prestarle del todo su atención, pues su cabeza pronto comenzó a divagar con ciertas imágenes del pasado; él, en un sitio que parecía un bar junto con su amigo Viggo, y Hofferson furiosa reclamándole algo, al juzgar por el marcado ceño fruncido que tenía.

—Hiccup, ¿me estás escuchando? —escuchó de repente.

Parpadeando, despertó de su ensoñación, e inmediatamente bajó su mirada hacia la niña que estaba a un lado de él, con un ceño fruncido marcado tal como el de su fastidiosa enemiga.

—¿Qué? —se sacudió confundido.

—Ush... no me estabas escuchando, en fin, no me importa... ¿Quieres que te perdone sí o no?

—Sí, ya te dije que sí. —respondió fastidiado.

—Bueno, llena esas hojas con tus datos y firma. —negoció Zephyr pasándole una pluma, muy decidida a manipular a su falso padre.

—Ush... eres igual que ella. —balbuceó Hiccup entre dientes.

—¿Qué dijiste?

—Nada.

—Mentiroso.

—Bien. Dije niña, que te pareces mucho a tu mamá, es decir; físicamente. —mintió. —Dices que ella es igual que Hofferson ¿no?

—¿Qué si mi mamá se parece a Astrid? Sí. Ambas son ¡idénticas! Pero yo no me parezco a ellas, la gente más bien dice que me parezco a mi papá... en todos los sentidos.

Hiccup hizo una mueca de horror y sintió un escalofrío en toda la espalda; de reojo observó a la niña y no le encontró parecido a él; es decir, después de todo Zephyr por la mañana había afirmado que él también se parecía a su papá.

—Me hubiera gustado parecerme más a mamá. —continuó Zephyr dando un suspiro. —Ella es muy hermosa, así como Astrid, que parecen valquirias como de esos cuentos nórdicos ... ¿no lo crees?

—Eh... bueno, yo no sé. —opinó Hiccup tratando de concentrarse en lo que llenaba.

—Si como no. ¿No se te hace que Astrid está muy bonita, aunque tenga muy mal carácter?

La maldición que nos une (TERMINADA)Where stories live. Discover now