Las nuevas armas Pt 2

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Capítulo anterior.

—Hiccup... ¿Qué... qué hiciste?

—¿Qué es eso? —observó Toothless confundido pues no parecía ser como la que su amigo usaba en su trabajo.

—¿Una nueva arma? —musitó Stormfly sin poder creerlo.

—No puede ser...—negó Alúmini sorprendida.

El incrédulo hechicero no daba cavidad a lo que había pasado, tenía lagunas mentales de lo ocurrido la noche anterior, pero por lo que veía algo era seguro, lo que fuera que hubiera pasado lo ayudó a forjar una nueva arma. ¿De qué clase? Eso estaba por verse.

Capítulo 73.

Las nuevas armas

Parte 2

Horas atrás.

Dejando a sus hijos dormiditos, Astrid cerró la puerta de la habitación y se dispuso a regresar con el resto de la familia que seguía despierta. Al bajar las escaleras, vio desde estas que solo estaban los guías, esperando muy aburridos a que alguien continuara con el juego que habían estado jugando y Hiccup no estaba con ellos.

¿Estaría en el baño? Se preguntó acercándose a la sala.

—Stormfly... ¿qué pasa? —preguntó al ver a su amiga con una expresión muy aburrida.

—Ay, Astrid... por fin volviste. —respondió esta, cambiando su expresión a una más animada. —Estábamos esperándote y a Hiccup, es que es el turno de él.

—¿Y Hiccup? —preguntó Toothless al ver que él no venía con ella.

—Yo pensé que estaba aquí. —dijo la hechicera confundida.

—No, dijo que iría a buscarte. —contó Alúmini.

Eso extrañó a Astrid, cuyo principal instinto le indicó que fuera a buscarlo a la cocina ya que dudaba que su esposo se hubiera ido a dormir sin avisar a los guías. Los demás al verla irse apresuradamente la siguieron pues también se les empezó a ser todo muy extraño, y más extraño se volvió al no encontrar a Hiccup en la cocina.

—¿A dónde habrá ido?

—Tal vez se fue a su habitación, Astrid. —creyó la luminosa.

Pero la hechicera por una extraña razón se negó a creer eso y se adentró más a la cocina para ver a su alrededor como si así pudiera dar con él. No fue hasta que se acercó a la puerta que daba vista a su invernadero que vio algo, justo en la forja que Hiccup había construido, se podía apreciar un humo saliendo de su pequeña chimenea, así como una luz rojiza filtrándose por debajo de la puerta.

—Está en la forja. —advirtió a todos saliendo rápidamente.

Los guías se miraron entre sí confundidos, no se explicaban que podría estar haciendo Hiccup en ese lugar a tan altas horas de la noche, pero era algo que él muy bien les podría explicar cuando lo vieran; sin embargo, cuando Astrid tocó la puerta de la forja, nadie respondió.

—Hiccup, abre. —

Tocó Astrid varias veces la puerta, primero con sutileza y tranquilidad y cuando vio que su esposo no le respondió la golpeó con más agresividad.

—¡Hiccup, abre la maldita puerta!

—¡Amigo, abre! ¿Estás bien?

Pronto, Toothless también se le unió sin tener éxito, lo que rápidamente comenzó a preocupar a todos.

La maldición que nos une (TERMINADA)Место, где живут истории. Откройте их для себя