Sentimientos.

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Capítulo anterior:

La pareja de hechiceros se miró entre sí, Astrid mirando hacia arriba y Hiccup hacia abajo, y fue entonces que el segundo reparó en la posición en la que estaba, aún se estaban abrazando; sin embargo, él rápidamente se alejó de su compañera como si se alejara del fuego y de nuevo sintió ese retumbar en su pecho.

Mientras que Astrid, no le tomó tanta importancia y fue rápidamente hacia donde se encontraba la educadora para auxiliarla.

—Señorita Minden, señorita Minden... ¿puede escucharme?

Hiccup sólo escuchó y vio cómo Astrid trataba de hacerla reaccionar, mientras que él, se quedó por breves segundos inmóvil y enmudecido, sólo su corazón parecía estar haciendo escandalo pues palpitaba como golpes de tambor y hacía ruido como una batería y todo por causa de Astrid de Hofferson.

"Tiene que ser una maldita broma... ¿esto es real?"

Capítulo 34.

Sentimientos.

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"No podía ser real, no podía ser real" pensaba el confundido Hiccup, sacudiendo su cabeza.

A unos metros de él, se encontraba el motivo de su confusión tratando de reanimar a una posible victima de un hechizo "vudú", como se le podría decir, sin embargo, él, en lugar de estarse preocupando por la profesora, no podía quitarse de la cabeza la imagen de su compañera, salvándolo como una angelical valkiria.

"Tranquilo, tranquilo... esto no está pasando, no está pasando."

—¡Oye, tierra llamando a Hiccup!

Escuchó de repente y con cierto tono de molestia. Le resultó un tanto fastidiosa.

—Eh... ¿sí? —respondió sacudiéndose.

—¿Qué estás haciendo? ¿No piensas ayudarme o qué?

Sí, su compañera estaba molesta, pensó Hiccup cohibido al escuchar la demandante voz que lo llamaba.

—Ah... lo siento, lo siento...

Se levantó torpemente a como pudo, y tragando saliva se aproximó hacia donde estaban ambas mujeres. No era tiempo de pensar en tonterías, se dijo así mismo y más cuando vio la gravedad de la situación.

Minden no se despertaba y tenía ciertas marcas de quemaduras por la batalla pasada.

—Ay dioses.

Se agachó a su altura y la analizó por completo. Astrid la cargaba sobre su regazo y, preocupada, observó como su compañero pasaba su mano por encima del cuerpo de la maestra de su hijo, como si tratara de leer su alma.

—Son sólo heridas superficiales, al menos así lo siento.

Astrid dejó escapar un suspiro de alivio, después de lo sucedido le preocupaba que el alma de Minden estuviera condenada como la suya, algo que no sería justo para alguien que fue manipulada.

—Pero está grave, debemos llevarla inmediatamente a un hospital.

Concentrándose nuevamente en el trabajo, Hiccup sacó su teléfono celular para realizar algunas llamadas.

"Línea de emergencias, ¿cuál es su emergencia?"

—Habla el detective Haddock, de la guardia de Berk, número de clave 0229, tengo una persona de alrededor de 30 años, víctima de un intento de secuestro que se encuentra en estado crítico, solcito se envíe una unidad médica para las siguientes coordenadas...

La maldición que nos une (TERMINADA)Where stories live. Discover now