El lugar al que pertenecemos.

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N/A: advertencia de una escena violenta. Se recomienda discreción.

Capítulo final.

El lugar al que pertenecemos.

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"Sólo cierren sus ojos"

"El sol se está ocultando ya..."

"Estarán bien"

"Nada los puede dañar ya"

"Ven luz de la mañana"

"Ustedes y yo estaremos sanos y a salvo"

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Astrid... puedo escucharte...sentirte...

El edificio que correspondía a la residencia Haddock tembló ligeramente, haciendo que la corriente de energía eléctrica fuera en un vaivén mientras el edificio se mecía tal cual una cuna. Las alarmas de emergencia comenzaron a sonar y los residentes y también trabajadores del lugar se alertaron por breves minutos hasta que el temblor dejó de sentirse.

—Dioses, Toothless... ¿pudiste sentir eso? —preguntó Alúmini preocupada.

—Sí. —respondió el pequeño dragón, viendo a través del conducto de donde estaban escondidos como la gente se iba tranquilizando después de que se detuvo la alarma sísmica. —Tenemos que intentar despertar a Hiccup a como dé lugar.

Ambos dragones asintieron y reanudaron su marcha con apuro a través de los ductos. El temblor que habían sentido había traído consigo también una carga de egni que reconocieron a la perfección y que les dio a entender solo una cosa: Astrid estaba en serios problemas.

Alertados y preocupados de que la situación empeorara con cada minuto que pasara, recorrieron los ductos desde el piso inferior hasta la mitad del edificio, pues ahí era donde se encontraban las habitaciones de la familia principal, y en donde Hiccup se encontraba convaleciente.

Como habían ideado junto con Stormfly, el plan era principalmente intentar despertar a Hiccup, y en dado caso de que no se pudiera, irían a buscar a la madre de este para pedir ayuda, esperando que esta comprendiera por segunda vez la situación y dejara sus rencores y resentimientos de lado.

Sin embargo, entre el deseo y lo que era real había mucha lejanía, pues al llegar al ducto que daba salida a la habitación de su amo, ambos dragones se encontraron con que ahí estaba Valka y hablando nada más ni nada menos que con Stoick Haddock.

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—¿Cómo está? ¿No le pasó nada? —preguntó Stoick preocupado, entrando presuroso a la habitación.

—No, afortunadamente no fue un temblor muy fuerte. —respondió Valka, al pendiente de la capsula donde aguardaba su hijo en recuperación. En su hombro, el dragón Brinca nube también veía con preocupación al hijo de su ama.

—Ya me pasaron el informe, las noticias en este mundo viajan rápido, dicen que el epicentro del temblor fue en ese lugar de mala muerte de los Hofferson, al parecer provocado por la chiquilla esa hija de Axel Hofferson.

—¿Astrid Hofferson? —cuestionó Valka sin apartar la mirada de su hijo. —Otra vez ella...

—Sí, por su culpa nuestro hijo está así... —se acercó Stoick para observarlo también.

Sin embargo, Valka con su cercanía se alejó de él y pretendió limpiar unas cuantas cosas "desordenadas" que había en la habitación, entre estas el saco que llevaba puesto Hiccup el día de los acontecimientos que lo dejaron así.

La maldición que nos une (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora