Afronta la realidad Pt 3

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Capítulo anterior...

—Astrid, Hiccup...

Los aludidos vieron con fastidio a la guía, Astrid esperando uno de sus típicos regaños, Hiccup no dispuesto a escuchar ninguno de sus "consejos".

—Ninguno de los dos se irá... vivirán juntos en lo que averiguamos que pasa en este pueblo y cuidarán a sus hijos ¡¿HAN ENTENDIDO?!

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Capítulo 7.

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Afronta la realidad Pt 3.

—Yo ya dije que los cuidaría. —gruñó Astrid apretando los dientes.

—Ah ¿sí? ¿Y por eso te la pasaste sentada todo el día mientras Alumini y yo los atendíamos?

—Los cuidaré de que nadie los mate hasta que encuentre a su mamá. —aclaró esta de brazos cruzados.

—¿Cómo que hasta que encuentres a su mamá? —preguntó Toothless por detrás de ellos y sin entender.

—Astrid Hofferson cree que estamos en un mundo paralelo, y que hay otra persona que se parece a ella y es madre de esos niños. —explicó Alumini con voz bajita, pero lo suficiente para que Hiccup escuchara.

—¿Eso es cierto? —interrumpió este con el entrecejo fruncido. —¿Entonces ella y yo no...?

—No, no, no... no confundamos más las cosas. —trató de calmar la guía nadder esas ideas.

—¡Por supuesto! —exclamó Astrid con rudeza. —Porque escucha, yo ¡jamás! me hubiera atrevido a casarme contigo, ¡ni a acostarme contigo, ni MUCHO MENOS TENER HIJOS CONTIGO IDIOTA!

—¡Ah, pues lo mismo digo! —gritó él. —¡Porque eres la mujer más frívola, despreciable y FEA! que he conocido, tienes mal carácter, estás toda plana y de seguro no tienes ni una pizca de idea cómo complacer a un hombre.

—Ay sí, como no. —se burló la acusada. —Como si tú fueras un galán, ¡MÍRATE! Estás todo flaco, tienes los dientes chuecos, y... ¿los ogros te masticaron el cabello? Y por supuesto... estás incompleto. —señaló su pierna falsa.

—¿Gracias a quién, estúpida? —la empujó Hiccup con furia.

—¡Oye, oye, ya! —se interpuso Toothless entre ellos. —Hiccup, eso no es de caballeros.

—ÉL no es un caballero, dudo que sea un hombre. —provocó más Hofferson.

—Astrid ya basta. —la apartó Stormfly tomándola de la oreja.

La hechicera, como niña regañada, se quejó por el estirón lo que causó risas en su enemigo, pero poco le duró a este la satisfacción, porque enseguida alguien más le estiró también su oreja con fuerza.

—¡Ay, Alumini!

—¡Cierra la boca! y no seas irrespetuoso. No puedo quitarte ahora que la odies, pero al menos compórtate como un caballero y no caigas en sus provocaciones. ¿Has entendido?

—Sí. Está bien. —riño Hiccup aun con su oreja siendo torturada.

—Y báñate, hueles horrible. —Lo estiró más la luminosa.

—¡sí, sí! Pero ya suéltame.

Llegando a una tregua entre amos y guías, tanto Stormfly como Alumini soltaron a los hechiceros, que como niños regañados se sobaron sus orejas y fueron obligados a tomar asiento juntos en el sillón más ancho de la sala.

La maldición que nos une (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora